Los niños se contagian y contagian.
El uso de cubrebocas
Ahí está el monstruo acechando nuevamente, el Covid-19. El 24 y 25 de noviembre el sector salud reportó más de diez mil contagios por día y más de 1500 muertes en esas dos fechas.
Los rebrotes en algunos países de Europa son mayores a lo que se presentó en la primera etapa, ola o brote.
En México, hay que decirlo, se llevó a cabo un acierto sumamente relevante para la salud de los mexicanos; la temprana suspensión de clases y el no regreso hasta el 2021.
Algunos padres de familia no estarán de acuerdo con mi planteamiento, sin embargo permítame explicarle el motivo de tan osado argumento.
Un sobrino extranjero que regresó a clases dio positivo a Covid-19, contagiando a uno de sus padres y lo que esto representa; angustia, miedo, desesperación y los síntomas propios de la enfermedad, que por fortuna, en el caso de mi pariente, es aún una especie de gripa fuerte.
Leía en varios medios nacionales e internacionales o escuchaba de algunos líderes políticos, “los niños no se contagian ni contagian”, error garrafal.
Por lo anterior suscribo: el gobierno tuvo un acierto en ese ámbito.
Los niños deben regresar a socializar o se volverán locos, aseguran algunos.
Los menores se adaptan mucho más rápido y de manera más sencilla que los adultos. Así que no se preocupe tanto, mejor ocúpese en estar cerca de ellos, conocerlos, enseñarles, aprenderles todo, que es mucho. Fortalezca el vínculo para acrecentar la felicidad propia y la de la familia entera. Claro que se reportan situaciones deleznables en algunos hogares en perjuicio de los infantes, pero no es algo habitual. Los niños deben ser amados y protegidos, eso sí es universal.
Es importante que dentro de la responsabilidad compartida usemos el cubrebocas de manera correcta cuando nos encontremos en presencia de alguien. Siempre. Pero más importante es usarlo dentro de casa cuando uno de los miembros de la familia se encuentra en una de las siguientes situaciones:
Usa el transporte público.
Está en interacción con muchas personas por más de 15 minutos en un lugar cerrado o a una distancia cercana.
Trabaja en el servicio médico.
Cuando llegamos a casa, la mayoría nos quitamos el cubrebocas y convivimos con los miembros de la familia. Y ahí, surgen los contagios. Si por azares del destino nos contagiamos fuera de casa, contagiamos a todos los miembros de la familia por convivir de cerca y en lugares cerrados. El hogar es, para muchos, una especie de zona libre de virus, pero lamento informarle que no. Es donde se instala y propaga de manera más importante.
Así que tenga cuidado si cree que puede estar o pudo estar en peligro de contagio. Ventile su casa y use cubrebocas dentro de ella cuando conviva en familia. Distanciamiento social y también distanciamiento familiar. Enfatizo, cuando esté cerca de su familiar y considere la existencia de un riesgo, de otra forma sea libre y no lo use. Puede ir a un parque o estar solo, sin usar el cubrebocas.
Es importante saber que podemos ser los homicidas de algún ser querido, es un asunto de vida o muerte. No es un juego y no debemos ser irresponsables. De nada sirve que las autoridades sanitarias nos digan qué hacer si no lo vamos a hacer.
Aún veo fiestas, reuniones, aglomeraciones y todo esto mientras los contagios suben, de una manera menor que en otros territorios, por el momento, aclaro, quizá por el cierre de las escuelas y el uso de cubrebocas.
El peligro está latente y solo dependerá de la sociedad frenarlo en seco, con un pedazo de tela, sin una válvula, por supuesto, siguiendo las recomendaciones al pie de la letra.
Cuídese.
Nota:
Ya está a la venta el libro de Alejandro C. Manjarrez, La Puebla Variopinta, en Amazon. Es muy interesante. Lo mejor del autor. Nos relata los caminos para llegar al poder de los ex gobernadores, de Toxqui a Tony Gali —el que sigue me toca a mí—, las complicidades, lo que dejaron pasar, confesiones, negocios, alianzas oscuras y traiciones, entre otros tópicos relevantes.
Una obra importante para entender la historia contemporánea de Puebla.
A los periodistas que gusten de informarse, conocer más el Estado donde trabajan y nutrirse de conocimiento, envíenme un correo electrónico y con gusto les obsequio el pdf.
Un regalo navideño de mi padre. Si así lo desea será un gusto para su servidor.