Los estragos del virus fueron pesados. Fiebre, cansancio, dolor de cuerpo, fatiga crónica, pérdida del gusto y el olfato y las repercusiones emocionales propias del padecimiento. Hoy se encuentra en proceso de recuperación, esperando los análisis correspondientes para descartar algún tipo de secuela.

Les comparto el relato que hace el revolucionario, diputado constituyente de Puebla y diplomático Gilberto Bosques Saldivar, de su actuación en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, la que le permitió salvar más de 40 000 vidas de refugiados, en el libro publicado por la secretaría de Relaciones Exteriores “Gilberto Bosques: El Oficio Del Gran Negociador”.

Toda verdadera destrucción es invisible, sutil. Cuando se idolatra algo en la sociedad sin el permiso de la racionalidad, pues hay siempre destrucción segura… y muy dura.

¡Se ha hecho siempre lo que han querido!, una vez y otra con la utilización de todas las sinrazones o todas las mentiras que desgraciadamente siempre han tenido a todos los poderes de sus partes. Y ya la decencia, quiera lo que quiera, que acullá agonice en lo indignante y en el olvido.

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