Alejandro C. Manjarez- Réplica
Al oír un “güey” pronunciado con énfasis estentóreo por algún muchacho veinteañero, de inmediato pienso en Cervantes, el de El Quijote.
Cuando hay respeto, cordialidad y empatía entre los políticos y sus gobernados, las sociedades ganan todo y no pierden nada...
Me sorprendió que nuestra ciudad haya crecido de una manera tan desorganizada y desproporcionada después de haber sido un espacio bellamente trazado, planeado y magistralmente orientado. Y me sorprendió el desorden de la mancha urbana y el crecimiento anárquico de nuestra ciudad.