“Aquí estamos todos los que queremos lavar el honor de México, aunque para ello haya que ofrendar la vida. El sufrimiento de 60 millones de pobres nos lo exige. Y el futuro de las próximas generaciones nos obliga a ser honestos a carta cabal...
“Lo que escucharán ustedes, ciudadanos de esta nación e invitados de los países amigos, es la confesión de un hombre que tuvo que ponerse la máscara de la simulación; de un político que se mimetizó para poder ocupar los cargos públicos ejercidos antes de llegar a esta alta tribuna de la República, en calidad de presidente de México.
“Señoras y señores legisladores:
“Confieso ante ustedes que me disfracé de corrupto. Confieso que me puse la máscara de comerciante del poder. Confieso que mañosamente me introduje en los grupos económicos cerrados donde suele discutirse el destino del país. Confieso que acepté dádivas y establecí compromisos. Confieso que fui celestino de influyentes y poderosos. Confieso que serví de cabildero del gobierno ante los miembros de esta Soberanía a quienes, en algunos casos, tuve que corromper. Confieso que callé las injusticias que cometían los gobernantes. Confieso que encubrí a quienes tuvieron en sus manos el poder manipulándolo para su beneficio personal. Confieso que cerré los ojos ante la corrupción imperante en los mandatos a los que serví. Confieso que llegué a proteger a los delincuentes de cuello blanco. Confieso que fui omiso ante la transgresión de la ley para abrirme paso en la ruta que me condujo a ocupar este honroso cargo desde el cual, ahora lo juro por mis antepasados a quienes debo mis convicciones, serviré a la patria y combatiré sin descanso a los corruptos, la gran peste de México.
“A esas confesiones agrego otra, la última:
“Mi compromiso, mi deuda me obliga a rescatar los principios que por supervivencia burocrática me vi forzado a ocultar haciéndome pasar por uno más de los eficaces operadores políticos. Tuve que hacerlo. De lo contrario habría tenido que prescindir de mi intención y dar por concluida mi carrera política. Hubiese dejado trunco el propósito de mejorar y crear las condiciones para hacer de México un mejor país a partir de la verdad.
“Sé que la verdad es uno de los valores que estuvo ausente durante varios sexenios. Por este lamentable abandono se han cometido miles de crímenes y se ha tolerado a la delincuencia organizada.
“También sé que la mentira sustentó los proyectos políticos de quienes gobernaron al Estado mexicano. Ante ello, señores y señoras diputados, senadores, representantes del poder Judicial y miembros de la sociedad civil, los conmino a borrar el pasado (excepto cuando haya que aplicar la ley) y a poner las bases para que en nuestra nación la verdad sea eje del comportamiento de los servidores públicos, el punto de partida de los tres niveles de gobierno y los poderes de la Nación.
“Para ello les propongo legislar con el fin de que la mentira y la manipulación de la verdad se conviertan en un delito que por su penalidad no alcance fianza. En sus manos está el dar un viraje para hacer de este principio el eje rector de nuestro sistema jurídico y político.
“He leído y revisado documentos que han pasado por el escritorio presidencial. En cada uno se detalla directa o indirectamente las distintas formas de corrupción. Mis predecesores los conocieron y callaron con la idea de mantener el statu quo, la calma chicha, la ausencia de la verdad. Ninguno se atrevió a combatir la esencia de ese cáncer social porque, arguyeron, era necesario suspender las garantías individuales para poder someter a juicio a los cientos de funcionarios públicos corruptos así como a sus cómplices.
“Yo no rehúyo semejante responsabilidad y, dependiendo de los daños que causen, con el apoyo de los legisladores, me comprometo a establecer la pena de muerte para aquellos servidores públicos que traicionen al pueblo que les brindó su confianza. Si aprueban mi iniciativa, los juicios serían justos y supervisados por organismos de derechos humanos, nacionales e internacionales.
“Sólo tenemos seis años del gobierno, lapso que aprovecharemos para enjuiciar a todos los criminales que han vulnerado la hacienda pública, trastocado la tranquilidad social lesionando la credibilidad en las autoridades y, para empezar la limpia, a quienes se disfrazaron de gobernantes honestos con la intención de enriquecerse y corromper los cargos públicos que ejercieron o ejercen.
“La etapa que vivimos es la peor de nuestra historia moderna. México padece el poder de las mafias del narcotráfico; su territorio está prácticamente controlado por sicarios y narcotraficantes cuya riqueza les permite comprar conciencias, autoridades y gobernantes: es una vergüenza nacional que en pocos años sumen cientos de miles los muertos y 120 mil los consignados. En este caso la pena de muerte no resolvería el problema debido a que esos delincuentes viven retándola; saben que su destino está tan bien definido que ninguno de ellos podría asegurar que llegará a viejo. La ejecución prescrita por la ley sería una medida drástica sí, pero no resolvería el problema que ha recibido muchos nombres, uno de ellos: la máquina de la muerte.
“Ante este fenómeno lo único que funcionará es la unidad popular contra cualquier tipo de delincuencia. De ahí que mi convocatoria —que baso en la verdad— incluya y convoque a los poderes de la Unión para que diseñen el plan rector que habrá de servir a todas las instancias y niveles de gobierno. Se trata de emprender la campaña más intensa y larga de la historia cuyo objetivo es eliminar al crimen organizado y, al mismo tiempo, establecer los mecanismos que impidan la proliferación y existencia de células de delito.
“Una de ellas, la urgente, es la reforma educativa transexenal.
“Otra, igual de apremiante, el trabajo suficiente y bien pagado, intención que exige un programa de productividad y competitividad gubernamental, empresarial y hacendario.
“La tercera acción, también imperiosa, consistirá en profesionalizar a los cuerpos policiacos y apoyarlos en su labor mediante el diseño y puesta en operación de la investigación preventiva universal. Este plan necesariamente tiene que estar conformado por representantes de los tres niveles de gobierno y los organismos de la sociedad civil.
“La cuarta se basa en promover la cultura para que el pueblo cuente con las mejores alternativas de desarrollo personal y familiar. Esto sin escatimar ningún esfuerzo económico basado en las asignaciones y ampliaciones presupuestales para impulsar el conocimiento, la ciencia, las artes y la literatura.
“La propuesta general incluye modificar los códigos para que el Estado incaute los bienes —dinero, acciones, empresas y propiedades— de quienes sean confesos del delito de delincuencia organizada, incluidos el lavado de dinero y la corrupción de los funcionarios públicos. Acabaremos con los llamados delincuentes de cuello blanco. Y si ustedes así lo legislan, la riqueza proveniente del delito se aplicaría a los programas sociales del Gobierno de la República.
“A partir de hoy la transparencia será la columna que soporte al gran edificio que es el Estado mexicano.
“Como muestra del principio de transparencia que prevalecerá en mi Gobierno, le manifiesto que en este momento los aeropuertos y las carreteras están vigiladas por el ejército para que no escapen a la acción de la justicia los más de doscientos funcionarios a los cuales se les comprobaron delitos de corrupción, omisión, enriquecimiento inexplicable y connivencia con los delincuentes y asesinos que han puesto a México en el peor de los escenarios de su historia. Este operativo fue posible porque desde hace varios meses el grupo de profesionales inició sus labores con la instrucción de investigar, formar y consignar expedientes para actuar en consecuencia, cuerpo de inteligencia cuyos integrantes son profesionales de alto perfil y comprobada honestidad, a los cuales he delegado la responsabilidad del sistema de seguridad nacional.
“El poder Judicial también tendrá una profunda reforma cuya iniciativa en este momento entrego a esta Soberanía. Ha sido elaborada por hombres honestos que a pesar de haber recorrido los espacios de la judicatura y en algunos casos la magistratura y ministerio de la Ley, terminaron o han desarrollado su trabajo sin la mácula de la componenda y la corrupción.
“La banca del país se someterá a controles estrictos, tanto nacionales como internacionales, para evitar el lavado de dinero y el comercio disfrazado, acciones que permitieron la venta de armas de última generación y, por ende, los altos índices de criminalidad, nuestra vergüenza ante el mundo.
“Los sindicatos serán invitados a participar en esta nueva etapa. Pero sólo aquellas organizaciones que de manera democrática y estatutaria decidan anteponer los intereses de la patria a los controles personales basados en el caciquismo sindical.
“Señoras, señores, legisladores, jóvenes mexicanos:
“Declaro ante ustedes que como este no es un reino y menos aun un mandato divino, sólo miraremos hacia atrás cuando se trate de perseguir delitos no prescritos. Con su apoyo podré construir el parte aguas del cambio histórico de México y desapareceré la impunidad para hacer real el imperio de la Ley.
“Decía Jesús Reyes Heroles, que es necesario salir limpios de los asuntos sucios y, de ser indispensable, lavarse con agua sucia.
“Aquí estamos todos los que queremos lavar el honor de México, aunque para ello haya que ofrendar la vida. El sufrimiento de 60 millones de pobres nos lo exige. Y el futuro de las próximas generaciones nos obliga a ser honestos a carta cabal.
Gracias.”