Y si tú que me lees, estás en una situación similar, recuerda que si no cortas de raíz a la hierba mala y fea, esta crece y crece y te tapa el Sol...
¿Cómo liberarse de una relación tóxica?
Te platico el caso de la prima de una amiga. Conoció a un mozalbete a la edad de 19 años. Se enamoró. Le fue mal. Esas relaciones donde el hombre trata mal a la mujer como una especie de juego, que le cueste trabajo, dicen. También hay del otro lado, recuerdo a mi abuelita decir: date a deseo y olerás a poleo (planta con olor a menta), date a choteo y olerás a caca de perro.
Regresemos a la triste historia.
Luego de una relación de 6 meses, no tan larga, la pareja se disolvió, el mozalbete envió allá muy lejos a la damisela.
La damisela lloró, sufrió, escuchó canciones de tristeza, de locura pasional, de desenfreno, hasta llegar a la etapa de la canción de resurgimiento emocional. Después de unos meses, se curó, ella lo creía y empezó una nueva relación, sin haber olvidado al mozalbete.
El mozalbete volvió. Envió mensajes de, “te conocí y sé que eres un ángel”, la damisela, entró en nerviosismo, culminó su relación de 1 año. Volvió a las artes amatorias carnales y sucumbió al mozalbete. El mozalbete mutó en malvado nuevamente. Le dijo: nunca regresamos, ni estamos saliendo. La damisela volvió a sufrir. El destino le presentó a una buena persona en esa etapa de duelo, la damisela optó por huir de aquella trampa de la vida, dándose una nueva oportunidad. El mozalbete quedó perplejo, volvió a buscar a la damisela, ella no contestó. Luego, en una fiesta se encontraron, y mientras se escuchaba en las bocinas del recinto la canción de Vicente Fernández, “Esos Celos”, el mozalbete miraba a los ojos a la damisela, ella en sus adentros se divertía.
La damisela casi no tuvo contacto con el mozalbete, se casó con su buen muchacho y cuando éste enfocó sus miradas, suspiros y encuentros carnales en otra jovenzuela del trabajo, luego de 10 años, la damisela recordó todo lo vivido y se convirtió en una investigadora privada.
La nueva detective descubrió que era engañada. Preguntaba al cónyuge la localización exacta, mientras le decían una, ella veía en la localización de su marido que estaba en otra parte. Las juntas nocturnas se incrementaron y los viajes de trabajo también.
En esa etapa, después de 10 años, el mozalbete apareció. Hubo un reencuentro, no pasional. La damisela pensó que había superado el asunto, el mozalbete comenzó con frases lindas, palabras reconfortantes, actitudes cariñosas, después de uno o dos meses, la damisela sucumbió. El mozalbete, ya casado, volvió a ser el mismo de siempre, solo que con 10 años más.
La damisela, un poco más centrada, terminó su matrimonio y quedó sola. El mozalbete apareció en la pandemia, tuvo acercamientos con la damisela. La damisela bloqueó de todos sus dispositivos y redes sociales al mozalbete. El mozalbete apareció como el hongo en la humedad. Tuvieron sus quereres, ella soltera, él no. Se dejaron de ver alrededor de medio año. El mozalbete se separó de su mujer. El mozalbete buscó a la damisela y logró un último encuentro. Convivieron, rieron, se la pasaron bien. El mozalbete desapareció otra vez…
Este ejemplo es real y es una relación tóxica. Quien quiere, quiere bien. Quien es cariñoso, es cariñoso siempre, o la mayor parte del tiempo, todos tenemos altas y bajas. El que desea estar con alguien y ese alguien le da entrada, hoy, mañana, o dentro de 10 años, brinca de felicidad.
En esta historia que puede estar inconclusa aun, le podría recomendar: que hable claro.
Si ya probó en diversas ocasiones compartir su vida, sus momentos o su tiempo con alguien que no la valora, o la trata bien, o la procura, pues ahí no es. El consejo sería hablar claro y decir: por mi bien no te quiero volver a ver, no me haces feliz, no me haces bien. Puede que el mozalbete se encapriche y haga una obra de teatro y prometa el Sol la Luna y las estrellas. ¡Cuidado!, las relaciones tóxicas son como las drogas, si no se enfrenta la adicción y las consecuencias, nunca se saldrá de ahí, y sobre todo no se cerrará el circulo para abrirse a nuevas posibilidades, donde quizá esté la felicidad eterna.
Ojalá la amiga salga de ese esquema destructivo que lleva más de una década.
Y si tú que me lees, estás en una situación similar, recuerda que si no cortas de raíz a la hierba mala y fea, esta crece y crece y te tapa el Sol.
Gracias por leer mis artículos.