Perdonando

Vida & Sociedad
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Iniciaremos respondiendo al correo de Carmen, nos habla de algo hermoso y a la vez difícil: El Perdón. Creo que es importante que iniciamos el año soltando lo que ya está caduco. Ojalá y de algo les sirva mi opinión...

EL PERDÓN

Querida Carmen:

Me cuentas lo difícil que es para ti esto del perdón, que lo has intentado ya muchas veces y que cada vez que recuerdas esa situación o a esas personas vuelve a detonar dentro de ti, algo que te consume, que te desgasta, que te arrebata la paz de ese instante. Y también lo culpable que te sientes por las ofensas que tú misma hiciste. Conozco ese lugar.

La mayoría de nuestros intentos por perdonar o pedir perdón fracasan pues hemos confundido esencialmente qué es perdonar. Esto de querer perdonar y no poder hacerlo, tiene que ver con la distorsión que tenemos del “perdón”, de lo que hemos aprendido en relación a éste, y que nos lleva inexorablemente al fracaso, ya que obviamente nos resistimos ante la posibilidad de empequeñecer los hechos ocurridos o olvidarlos, esto no tiene que ser así.

Te quiero compartir algo de lo que he aprendido, tal vez te ayude:

¿Qué NO es el perdón?

  • Algo “divino”: solo Dios perdona
  • Olvidar lo que nos ocurrió
  • Aceptar lo sucedido con resignación
  • Justificar un evento, a alguna persona o a nosotros mismos
  • Minimizar los hechos
  • Estar de acuerdo o aprobar lo que pasó
  • Reconciliarnos con el/la agresor@
  • Quitarle importancia
  • Una liberación para quien nos lastimó

El perdón se basa en la ACEPTACIÓN DE LO QUE OCURRIÓ, que sí pasó y fue muy doloroso, pero que ya pasó y no lo puedes cambiar. Aceptar no es aprobar, ni olvidar, no te confundas. Los hechos sí sucedieron, y fueron muy dolorosos, pero este evento no puede tomar el timón de tu vida.

La falta de esta aceptación te lleva al rencor, al resentimiento, a la culpa, esto te “ata”, te “encadena” a esas personas que te lastimaron o a las que lastimaste.

Perdonar es soltar… es dejar de culpar al otr@ de cómo te sientes. Sólo tú eres responsable de tus emociones. ¿Cómo lo vive el/la otr@? ¿qué siente? ¿Estará arrepentid@? ¿Se siente culpable? Esta no es tu tarea. La tuya es ponerte de nuevo de pie, soltar esas amarras y seguir andando.

Algunas veces estarás en el otro lugar, quizás fuiste tú quien también lastimó a alguien, y también necesitas pedir ser perdonado, hazlo. Eso también te liberará y entenderás que no somos perfectos, que a veces estamos de un lado y otras tantas del otro.

El perdón se debe realizar sin expectativas. Es probable que la persona que te lastimó no cambie su conducta, ni reconozca su error, ni sufra un castigo. Tampoco esperes que la vida te dé la oportunidad de vengarte. Porque además nada de esto puede resarcir el dolor ocasionado en el pasado. Recuerda, el pasado no puede ser cambiado, aunque sí lo puedes ver de otra manera. Ningún tipo de venganza o retribución podrá subsanar los momentos de tristeza, coraje o desolación que viviste. Una disculpa, o el que tu agresor sufra una desgracia, no cambiará los hechos, sólo estarás alimentando tu ego y tu sed de justicia mal enfocada.

No gastes tu tiempo y energía esperando algo que probablemente no llegará, y lo que es aún peor, eso no te sanará. Recuerda que él o ella pueden esperar lo mismo respecto a ti.

La persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mism@, por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas. Sé compasiv@ contigo, eso es todo lo que puedes hacer; no te tortures por lo que no hiciste, mejor piensa en lo mucho que puedes hacer de ahora en adelante.

Al Perdonar o pedir perdón desde tu corazón, tendrás la claridad de mirar los sucesos tal y cual fueron, como si sólo fueras un espectador, y luego, déjalos ir, déjalos en el ayer, ese es su lugar.

¿Sabes? Tenemos que reconocer que somos aprendices. Ver estos hechos como lecciones nos fortalece y nos libera. No estoy diciendo que sea fácil, pero sí que este es el camino para liberarte de esas ataduras.

Como ves, el perdón es un gran acto de amor con nosotros mismos, y con los demás. A tu ritmo y a tu tiempo da ese paso, verás como tu vida empieza a fluir más amorosamente.

Suelta esas amarras, y vuelve a comenzar.

Con cariño:

Laura Patricia Moisés Julián