La cuarta revolución (Crónicas sin censura 89)

Réplica y Contrarréplica
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Los acontecimientos en Chiapas prendieron la mecha de la esperada “cuarta revolución social”.

Pero, desafortunadamente, el movimiento dejó de ser incruento porque ha cobrado ya sus primeras víctimas, circunstancia que –valga decirlo–no alterará los índices de mortandad violenta establecidos en las estadísticas nacionales, pues la suma de muertos por desnutrición, lleva una enorme ventaja generacional.

     Los indígenas afiliados al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tendrán que luchar contra el ejército mejor capacitado y armado de América Latina. Esta circunstancia, que en el aspecto militar les pronostica una segura derrota, también –gracias a su audacia, decisión y espíritu de sacrificio– les garantiza el paso a la historia, aunque sea como detonadores (quizá mártires) de un evento que ayudó a reducir la brecha que aleja a los privilegiados del pueblo. Verá usted por qué:

 

  1. El lector, este columnista y todos los que tienen acceso a la información oficial, sabemos que el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) fue diseñado precisamente para abatir la marginación, el atraso y la ignorancia que desde hace tiempo pesan sobre la nación.

      

  1. De igual manera es del dominio público que miles de millones de viejos pesos se han invertido en regiones depauperadas con la idea de promover el desarrollo y concretar la justicia social, premisa del sistema político mexicano.

 

  1. Pero también se sabe que una gran parte de esos recursos desaparecieron antes de llegar a su destino debido a la terrible corrupción burocrática, flagelo de la sociedad, a pesar de los candados impuestos por la Secretaria de la Contraloría de la Federación y de los sistemas de control y vigilancia manejados por los congresos estatales.

     Para constatar lo enunciado el lector me permitirá citar –de memoria– la entrevista hecha por un reportero de una televisora de cable a un ciudadano chiapaneco cuyo nombre se guardó en el anonimato a fin de evitar represalias en su contra. Dijo el entrevistado:

 

“Esto es una llamada de atención para el gobierno por lo que ha estado haciendo. En efecto, llegó mucho dinero a Chiapas, lo reconozco, pero hubo mucha corrupción. Los indígenas y el Obispo han sido maltratados como nunca antes había ocurrido. El Obispo fue el único defensor de los indígenas y ya ve lo que le pasó; quisieron correrlo de la diócesis de San Cristobal.”

     Por otra parte el periódico “La Jornada” y la "Revista Proceso", con toda oportunidad mencionaron las guerrillas en la región y los problemas ocasionados por desvíos de fondos de Solidaridad en varios municipios chiapanecos; por ejemplo, en Las Margaritas, donde, no obstante los millonarios recursos, solo se construyeron algunas aulas y fue pavimentada una calle. Vaya, ocurrió lo mismo que ha pasado en diferentes entidades, incluso en Puebla, estado que en el sexenio anterior recibió tanto dinero de Pronasol que si se hubiera aplicado en forma adecuada, es decir, sin manejos turbios, le aseguro que estarían resueltos muchos problemas que en la actualidad aquejan al gobierno de Manuel Bartlett.

     Dice la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) en uno de sus documentos promocionales:

 

“En cada pueblo o comunidad, vecindario o barrio, en los ejidos o comunidades rurales, existen expresiones de solidaridad entre sus integrantes; cada quien aporta lo que puede o le corresponde, las más de las veces su trabajo y la firme voluntad de contribuir al beneficio colectivo (…) Algunas instituciones solidarias han conservado su modelo tradicional, otras han adoptado nuevas formas de organización. El tequio, la Guelaguetza, las mayodormías, las faenas y la manovuelta.”

 

Al respecto cabe hacerse la siguiente pregunta. ¿No será esa la expresión que se está dando en Chiapas?

Alejandro C. Manjarrez 

5/I/1994