Perturbación mental momentánea por Covid-19 y desinformación sistemática, cóctel mortal.
La “cuarentena” en todos los países del mundo ha traído consecuencias sociales y económicas devastadoras.
Algunos grupos poblacionales se han encerrado en casa por más de 100 días. Está documentado el daño psicológico que ha traído en los seres humanos la medida para mitigar la propagación del famoso bicho que nos aqueja.
El mal de la cabaña o fiebre de la cabaña, el más común. Síndrome que causa angustia, desesperación y en ocasiones miedo a regresar a la vida de antes. Terror a espacios abiertos, convivencia, cercanía y espacios cerrados con un gran número de personas. Así mismo causa un estado mental de agresividad y defensa “animal”. Quizá por ello presenciemos casos como la joven enloqueciendo en la pizzería, o la otra joven aventando cosas en el súper y demás agresiones en la vía pública que se han incrementado de manera exponencial durante esta calamidad.
La sociedad se encuentra en un estado mental diferente. Es lógico por la pandemia en sí y las mareas de desinformación que han revolcado a todos los seres humanos del orbe.
Que si es el fin del mundo. Ahí vienen los OVNIS. El magnate de la computación nos quiere controlar metiéndonos un chip junto con la vacuna. El 5G y la nueva infraestructura que conlleva su instalación propiciaron el surgimiento del virus. Los gobiernos están guardando el plasma para que los funcionarios de alto nivel puedan librar un desenlace fatal, por eso no ha muerto ningún político importante que esté en funciones. Que pagan los mismos gobiernos a las familias que pierden a sus seres queridos para emitir un acta de defunción que diga que murieron por Covid-19 y así puedan justificar la aplicación de cientos de miles de pesos del presupuesto en un solo caso. Información totalmente absurda que no podría ser cierta por las implicaciones legales y el posible escándalo mediático internacional.
También está la información seria que confunde: El virus es una gripa fuerte. No les da a los niños. Los que tienen el tipo de sangre del grupo A, son propensos a morir. Los del Grupo 0 son inmunes. Ya existe un tratamiento que frena la propagación del virus, se usaba para otras cosas, buena noticia, días después, que siempre no.
Dentro de esta vorágine de información falsa, verdadera y de medias tintas, me llamó la atención el libro del economista español Jano García, “La gran manipulación. Cómo la desinformación convirtió a España en el paraíso del coronavirus”, el cual leí con gran interés y extraigo lo siguiente para usted:
La falta de información desde el principio dañó al mundo. No existía la certeza de a qué nos enfrentábamos. El autor expone el mal papel de la Organización Mundial de la Salud, misma que sirvió a los intereses de China, miembro activo económicamente en dicha organización minimizando en diciembre de 2019 la realidad acerca del virus, confundiendo al mundo y provocando así miles de muertes.
El trabajo de investigación vale la pena pues nos da un panorama de la manipulación que hacen los gobiernos en el mundo desde tiempos inmemoriales y en la actualidad con las redes sociales, sus robots y acosadores. Los periodistas que hacen de tonto útil a cambio de unas monedas para atacar y desprestigiar a los enemigos del amo, el gobierno, u ogro filantrópico como lo definió Octavio Paz. El uso de las redes sociales para manipular directamente al ciudadano utilizando sus gustos, fobias, intereses, poder adquisitivo y toda la información que expone al mundo el usuario de las plataformas sociales, descubierto en el escándalo de Cambridge Analitics.
Ampliamente recomendable, sobretodo si a usted le interesa la cronología día a día del manejo de la crisis sanitaria en España a fin de comparar y descubrir las grandes similitudes en todos los países.
Recordemos que es el mismo virus y está atacando a los seres humanos, todos iguales biológicamente.
Pero como el hubiera no existe...
Qué hubiese pasado en México si el gobierno hubiera instrumentado medidas rígidas de confinamiento. Una catástrofe y me atrevo a pensar que una especie de guerra civil moderna. El mexicano que vive al día no se hubiera podido quedar en casa. La locura por una noticia súbita de confinamiento habría llevado al acaparamiento de alimentos y la anarquía de aquellos que no alcanzaran los víveres necesarios.
El hubiera no existe y si China hubiese puesto interés en los discursos de alarma que de manera estridente exponían los médicos alertando a todo el mundo de la peligrosidad del virus y en respuesta a las investigaciones lo encapsulan en su territorio, otra cosa sería.
La realidad es que con la retórica de la gripa fuerte que mataba a los que mata una influenza, el mundo se relajó.
Hoy estamos en plena pandemia y los contagiados llegaron a los once millones a nivel mundial y más de medio millón de lamentables defunciones. Aún no se sabe a ciencia cierta de una cura, tratamiento o vacuna cien por ciento efectiva.
Existe otra información esperanzadora. Sabemos cómo prevenir el contagio.
En eso debemos enfocarnos como sociedad y los gobiernos también. Usar sus recursos de comunicación para llegar a toda la población hasta el hartazgo con información clara y contundente.
Primero, decir la verdad. Al principio como lo refiere en su libro el autor antes mencionado, cualquiera que dijera que el virus era cosa seria y que difundiera su posible peligrosidad, era acusado de propagar noticias falsas y crear psicosis colectiva. Hoy se necesita decir lo que puede hacer el virus a fin de que el receptor entienda que si se cuida siguiendo las recomendaciones al pie de la letra, se ayuda y ayuda a que esta pesadilla termine antes y no sigamos por varios meses en total detrimento económico y emocional.
No queremos ser presas nuevamente de un confinamiento, ahora sí un toque de queda obligado por las circunstancias, acción que lacere la tan precaria situación económica del país que se ha quedado sin miles de empresas y millones de empleos.
No se quiso ayudar a la pequeña empresa a subsistir, no me refiero al gran conglomerado, sino a la micro empresa, esa que tiene 3, 4, 15 empleados. Y por subsistir aludo, a seguir pagando sueldos y gastos fijos
No se quiso ayudar o quizá no se pudo por las finanzas públicas. La recaudación fiscal en nuestro país es del 14% del PIB y el petróleo hoy se comercializa en un menor precio. Ahora con el cierre de empresas habrá menos recursos públicos provenientes de la tributación.
No hay gobierno que viva sin los impuestos que le representan las empresas, mismas que generan el 95% de los empleos en la República Mexicana.
Así que en un arrebato de locura de la cabaña propongo que el 20% del sueldo de todos los funcionarios públicos a nivel federal, estatal y municipal, sea donado a recursos de sobrevivencia para los que perdieron todo. Si mis cálculos no me fallan, estamos hablando de 15 mil millones de pesos mensuales.
No me insulte señor burócrata, solo es por unos meses en lo que salimos adelante y si de plano ya no alcanza.
Concluyo, lo exhorto e informo lo siguiente:
Haga caso de las medidas de lavado de manos, distancia social, uso de cubrebocas, que sirva, me refiero a que no se filtre toda su gotícula. Puede leer mi anterior colaboración, si necesita mayor información sobre el tema. Use careta para proteger los ojos y sobretodo le ayudará a no tocarse la cara. La limpia y listo. Evita los contagios.
Aliméntese sanamente. Es importante la buena nutrición para fortalecer el sistema inmunitario.
Y le informo:
Existen tratamientos preventivos para evitar la trombosis, la neumonía y la inflamación multiorgánica. La falta de oxigenación de la sangre que daña a los órganos. Cuestiones que de no tratarse a tiempo son letales en los casos graves de Covid-19.
Ahí está el doctor Oswaldo López Herrera que en una comunidad de Chiapas, ha tratado y sacado adelante a más de 100 pacientes críticos en sus casas. Personas de escasos recursos que no pueden acudir al hospital porque no hay un nosocomio de especialidades cercano.
Si puede cómprese un oxímetro y un termómetro. Con el termómetro verá si tiene fiebre y así sabrá si hay posibilidad de haber contraído el Covid-19. Si la saturación del oxígeno baja de 90, infórmese con un doctor sobre qué hacer.
No se espere a respirar con dificultad porque el llegar a un hospital a un respirador no le garantiza salir de ahí con vida.
Como lo han informando a los especialistas en medicina crítica, el uso del respirador y el monitoreo del paciente requiere de años de preparación y experiencia. El gran problema es que no existen suficientes médicos para la población y menos expertos en terapia intensiva.
Recuerde y difunda, este virus se puede evitar siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. He visto a muchas personas que les vale un soberano cacahuate contagiarse o contagiar, algunos por la actitud de “las puedo todas”, pero la mayoría por desinformación o confusión.
Le deseo total bienestar y salud, estoy a sus órdenes