El gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales en el discurso se presentan cercanos a los ciudadanos, fraternos, amigables, responsables, efectivos y afectivos. En campaña dicen tener las respuestas a todos los problemas que aquejan a la sociedad. Esa sociedad que paga sus sueldos. De donde visten y comen.
Los gobernantes son empleados del pueblo. Asunto que en sus alucinaciones por el efecto embriagante del poder, olvidan y luego resienten.
No voy a decir que son todos, aunque parece que no hay nadie rescatable. Aquí en la ciudad de Puebla padecemos un gobierno municipal que pareciera, por sus acciones en estos tiempos extremadamente complicados, un gobierno totalmente "In", no crea que por que nuestra flamante presidenta municipal, joven y deportista, está "In", porque su vida social y económica dio un salto sustantivo hacia arriba, no, no es por eso. Más adelante le explico.
Aunque postulada por Morena, Claudia Rivera Vivanco sigue los mismos caminos del grupo morenogalista que tanto daño le hizo a Puebla.
La pandemia por el Covid-19 ha dejado a la luz la verdadera personalidad de nuestros políticos. Necesitamos políticas efectivas inmediatas. La gente está perdiendo sus negocios, por ende los trabajos. La inseguridad sube y subirá aún más con las predicciones económicas mundiales y nacionales. Ofrecer diez mil pesos, no sirven para nada.
Debe, nuestra joven alcaldesa, quitarse el espíritu del pasado. Regresar al ámbito social que aprendió en el Instituto Pereyra, para volver a ser bondadosa, velar por la seguridad, por la paz y la tranquilidad. Poner un alto a la corrupción en su policía, misma que persigue al motociclista, al conductor y no al ladrón. Que se vende a las aseguradoras para culpar a los que son atropellados y obligar a la víctima a pagar los daños del conductor negligente. Así como estás historias hay miles, denunciadas y en total impunidad. Material para un libro. “Los agraviados de Puebla capital”, se me ocurre.
El ayuntamiento de Puebla jode al empresario, persigue al comerciante, increpa al conductor, pero eso si, ayuda al delincuente, apoya al informal, le hace rebajas al giro negro y otros asuntos deleznables.
Las acciones gubernamentales referidas en el párrafo anterior, están mal, siempre, hoy en tiempos de una epidemia están peor. Son actos que se podrían catalogar como criminales.
La alcaldesa desea reelegirse, cree que puede. No le da importancia a las encuestas de opinión "pagadas" (ella afirma), que la sitúan entre los peores alcaldes de nuestro país. No pongo alcaldesas, porque engloba, el estudio demoscópico a hombres y mujeres.
Esa posición se la ha ganado a pulso. Porque las palabras son eso, palabras, pero en los hechos están los resultados y la aprobación o desaprobación de una gestión gubernamental. Quizá ella sea una buena persona, pero no hace caso al clamor social que le indica que algo está mal con sus funcionarios, y si no corrige este asunto, la culpable, será ella, solamente ella y nadie más que ella, por ser la cabeza del municipio de la Angelópolis.
Aún está a tiempo de reflexionar, empiece a gobernar con empatía hacia sus patrones, los poblanos. Es su último año. Busque en su corazón, no haga lo que le dicen los malvados, las sombras del pasado. El pueblo de Puebla se lo agradecerá.
Regreso al tema de los gobiernos “In”.
Que el gobierno de la ciudad de Puebla, no sea un gobierno “In”.
Incompetente.
Indolente.
Inepto.
Incongruente.
Intransigente.
Ineficiente.
Indecente.
Que Claudia, la buena, la de la CDMX la ilumine.
Hasta la próxima. Envíenme sus denuncias, las haré públicas.
PD: si me va a mandar un ejército de bots a insultarme, por favor, cálleme la boca y use argumentos inteligentes, se puede o se verá una defensa “In”.
Nota: por cierto sus lindos funcionarios, amigos o cómplices denunciaron mi cuenta de Twitter por historias de la pandemia; lograron su cometido ya no tengo cuenta. Al fin que ni la quería. Otro tema a tratar. Después de 6 meses me la regresaron.