Gilberto Bosques, relatos y poesías 23

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En Cuba 

“Les comparto una narración del revolucionario, diputado constituyente poblano y destacado diplomático, Gilberto Bosques Saldívar, sobre su actuación como embajador, publicada por la secretaría de Relaciones Exteriores, como El Oficio del gran Negociador.

Así mismo en poema inédito que su hija Laura me ha enviado para que se conozca esta faceta de don Gilberto”.

Manola Álvarez Sepúlveda.

 

EN CUBA

“El día del asalto al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Padilla Nervo, me envió un telegrama a Suecia, donde me encontraba acreditado como ministro. Me decía que el señor presidente había considerado la conveniencia de nombrarme como embajador en la Habana y se me consultaba, respecto a mi traslado a Cuba. Acepté gustoso y viajé a América. Me trasladaron directamente de Estocolmo a la Habana ‘como decir del sol de medianoche al sol de mediodía, de la nieve al fuego’. 

Conocía Cuba desde tiempo atrás. Cuando participé en la rebelión delahuertista viajé a ese país y de ahí traje un barco con material de guerra. Desde antes recibía regularmente publicaciones de la Habana.

Cuando se me nombró para ir a la Habana no había titular de nuestra embajada. Llegué con esas marcas que trae uno consigo de la vida política, que lo sitúan a uno en cierta posición teórica y doctrinaria de tinte revolucionario, y no era yo precisamente la persona indicada para actuar en forma favorable hacia el régimen de Batista. El gobierno cubano dio el beneplácito porque ya habían solicitado hacía un buen tiempo de manera reiterada que se cubriera ese puesto. Una vez logrado el nombramiento estarían dispuestos a admitir a cualquiera y ese, fui yo.

El presidente Ruiz Cortines no tenía ninguna simpatía por Batista. Al despedirme me dijo ‘vea usted como tratar a ese ‘tiranuelo’. Hubo necesidad de sortear la situación de la mejor manera posible.

Se me presentaron desde luego algunos casos de asilo diplomático y algunos eran del Moncada. Los casos se presentaron antes de entregar las credenciales y gracias a eso pude pulsar la situación así como la actitud política oficial. Después vino el proceso de precisiones de la situación cubana y los problemas de asilo.

El embajador Benito Coquet terminó su misión en Cuba, cuando el presidente Adolfo Ruiz Cortines lo llamó para ocupar el cargo de subsecretario de la presidencia. El nombramiento del sucesor se pospuso por varios meses. Ruiz Cortines molesto por la tiranía prevaleciente en ese país, retrasaba la designación del nuevo representante. La jefatura de la embajada estuvo vacante casi un año.”

 

          POEMA

 

      PULQUERÍA

 

Pulquería de pueblo

junto a la carretera desolada.

 

Sombra húmeda

con inminencias de mirada.

 

La montaña, un ascenso de silencios.

La puerta, una angustia de palabras.

 

La noche metida

en la caja sonora de la guitarra

y el campesino poeta,

a través de las cuerdas, sacándola!

 

Su canto desgarra

la soledad estupefacta

y la hora bárbara

se despeña en estos versos de aguafuerte:

“Llevo la muerte en la espalda,

¡quítenmela con los dientes!”

 

Ayotla, México, 1929.

Nota: se respetó la redacción, la puntuación y la ortografía original.

Manola Álvarez Sepúlveda