Violencia es un acto donde se utiliza el poder para hacer que la otra persona haga o deje de hacer algo que no quiere. Este poder puede ser físico, por medio de golpes y fuerza, o bien psicológico o emocional, como el chantaje, insultos, amenazas, etcétera...
La simple mención del título de este tema, parecería absurda, imposible, irreal… cómo sería factible que dos personas que se supone se aman (o por lo menos se agradan) y han decidido compartir algunos momentos de su vida para pasarla bien, en una experiencia, lo más probable transitoria, de conocimiento e intercambio, en donde todo debería que ser alegría y si no lo es, se termina (¡pues para eso es el noviazgo!), sea vivida con violencia, de cualquier tipo: física, psicológica, emocional, sexual.
Empezar definiendo el noviazgo como una relación transitoria entre dos personas, que brinda la oportunidad de conocerse más a fondo, para decidir en algún momento vivir en pareja. Esta relación puede o no ser perdurable, es decir, es válido que un noviazgo dure poco tiempo o toda una vida, eso depende de las personas en cuestión, puede terminar por cualquier motivo o pasar a una relación que implica otras responsabilidades como la de vivir juntos/as y formar una familia.
El noviazgo no cambia a las personas, siempre hay un "yo" un "tú" y un "nuestro", cuando alguno de estos factores se altera, lo más probable es que esa relación no funcione.
Una persona no tiene que ser diferente a como es porque tenga novio/a, nadie puede pedir a su pareja que cambie; cuando esto se permite, se puede empezar a hablar de violencia. Solo una porción es la "nuestra", la que se comparte, la que se logra con acuerdos, si esta se agranda y el "yo" se encima en el "tú", o al revés, se puede estar yendo por un camino que puede dejar heridas en la relación.
Violencia es un acto donde se utiliza el poder para hacer que la otra persona haga o deje de hacer algo que no quiere. Este poder puede ser físico, por medio de golpes y fuerza, o bien psicológico o emocional, como el chantaje, insultos, amenazas, etcétera.
En el 2017, el Instituto Mexicano de la Juventud, hizo un estudio, donde se dio a conocer que el 76% de los/as jóvenes encuestados han sufrido violencia psicológica durante el noviazgo, el 15% física y el 16% sexual; cifras de verdad alarmantes, recordando que el noviazgo se tendría que disfrutar y no sufrir. Muchas personas que han vivido violencia durante el noviazgo, la siguen viviendo durante el matrimonio, ya que se tiene el falso concepto de “va a cambiar”.
Muchas personas se escudan y hacen las cosas "en nombre del amor", los ejemplos más claros: "la prueba de amor", "te celo porque te amo", "si me amas dame la contraseña de tu correo electrónico, para saber qué haces ”,“ yo solo salgo contigo y no me gusta que salgas con nadie más ”,“ cámbiate esa ropa, para que no te molesten ” y un largo etcétera de frases que pueden sonar muy románticas o muy amorosas, sin embargo están muy lejos de serlo.
Existen algunas señales que son un foco rojo, si tú estás haciendo o estás permitiendo que te hagan cualquier cosa de la siguiente lista, puedes estar viviendo en la violencia:
- Actividades controladas.
- Revisar cosas, correo electrónico, celular.
- Exigir explicaciones del comportamiento.
- No dejar salir a la pareja.
- Criticar o querer cambiar su forma de vestir o de arreglarse.
- Obligarle a hacer cosas que no quiere.
- Hacerle sentir menos, amenazar, chantajear, manipular, limitar.
- Hacer escándalos o escenitas.
- Utilizar violencia física o sexual.
- Acariciar o besar sin consentimiento.
A la primera señal de violencia, sal de ese ciclo, no permitas que avance, porque la siguiente puede ser más agresiva; los especialistas hablan acerca del ciclo de la violencia, que inicia con un evento violento, seguido de la etapa de perdón y posteriormente la luna de miel, que es la reconciliación. Sin embargo, el siguiente episodio, puede ser incluso más fuerte, por eso deténlo, busca ayuda, o denúncialo.
Al iniciar una relación de noviazgo, no des por hecho las cosas, platica con tu pareja, logren acuerdos y que estos sean explícitos; muchas veces se piensa que el noviazgo implica dejar de salir, cambiar el estilo de vida y hacer cosas diferentes para agradarle a la otra persona; sin embargo no siempre es así.
Para prevenir la violencia durante el noviazgo hay que trabajar de manera personal con la autoestima, hay que aprender a ser respetuosos/as y asertivos/as, hay que platicar y conocer a la pareja, lograr acuerdos y hacerlos evidentes, aceptar a la persona como es y no intentar cambiarla y sobre todo aprender a poner límites.
Un/a novio/a es una compañía para disfrutar, para pasar momentos agradables, para conocerlo/a a fondo y en algún momento decidir vivir a su lado; pero si las cosas no funcionan, no hay para que quedarse ahí, existen muchas personas en el mundo con quien puedes ser compatible, de verdad llegará.
No se aceptan golpes, chantajes, amenazas, gritos, insultos, abusos, miedos, mentiras; solo acepta el amor, la felicidad, sigue siendo tú y permite a el/la otro/a ser el/ella misma/a, construye su espacio donde pueden compartir, el resto es de cada quien. Si aprendemos a relacionarnos de esta forma desde jóvenes, las relaciones de pareja serán más duraderas en la etapa adulta.