La crisis de los cuarenta años

Salud y orientación
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Muchos matrimonios se quejan de la monotonía. Lo que en realidad sucede se debe a la gran confianza y conocimiento propio en una relación duradera, uno o ambos miembros sienten que ya no hay nada que descubrir, conquistar o planear...

Esta crisis llega de los 35 a los 40 años. Algunos la llaman la crisis de medio tiempo. A esta edad, etapa que de acuerdo a la expectativa de vida en México (80 años) es la edad en la que nos encontramos en tiempo de reflexión acerca de los logros obtenidos, y de las metas planteadas.

Si en la vida laboral, la persona se ha enfocado en trabajar demasiado, es la edad ideal para bajar el ritmo y disfrutar un poco más de la vida. Viajar, disfrutar de los placeres que están ahí afuera, ya sea con la pareja o soltero (a). En caso de estar solo (a), no negarse la posibilidad de comenzar una vida en pareja.

Muchos matrimonios se quejan de la monotonía. Lo que en realidad sucede se debe a la gran confianza y conocimiento propio en una relación duradera, uno o ambos miembros sienten que ya no hay nada que descubrir, conquistar o planear. Se cuenta con todos los elementos para desarrollar juntos aspectos culturales, sexuales, económicos, intelectuales y espirituales, por lo que tendría que ser una relación armónica, intensa y excitante.

Síntomas

Existe un distanciamiento en el matrimonio.

Aparece la sensación de que el matrimonio no da para más y que ya se han cumplido las responsabilidades.

Se percibe una entrada al final de los días, a una etapa de vejez.

Aparece una sensación de necesidad para explorar nuevos terrenos, hacer cosas diferentes y meterse en camas ajenas.

Al hacer un balance sobre los logros en la vida, la mayoría de las parejas se da cuenta que no ha logrado los sueños, lo que crea una frustración enorme, misma que desencadena problemas de toda índole.

Se incrusta en la mente la idea de haber desperdiciado los mejores años de la vida.

Aparecen los cambios físicos naturales de la edad. Existe tendencia a engordar y aparecen canas y arrugas. Esto depende de los hábitos de la persona. Puede comer sano y hacer ejercicio manteniéndose en forma.

Las preocupaciones de contraer enfermedades aumentan y en algunos casos se potencializa la hipocondría.

Existe una apatía al sexo con la pareja, pues en el fondo se tiene inseguridad por sentirse viejos, arrugados y con miedo al rechazo.

Causas

Terminar con objetivos conjuntos. Agobiarse con las tareas diarias y sentirse cansados con la monotonía.

No poder sobrellevar el síndrome del nido vacío; cuando los hijos se van.

Frustración por no haber alcanzado el éxito planeado.

Excesos en el cuidado y en la necesidad de mostrar a los demás el éxito (cirugías, liposucciones, autos deportivos…).

Soluciones

Decirle no al divorcio.

Construir un proyecto conjunto.

Crear conciencia de que es una etapa difícil de solucionar.

Hacer las cosas que soñaron de recién casados.

Alimentarse sano y realizar caminatas, natación, jardinería, etc.

Acudir al médico cada medio año.

Fidelidad a la pareja. Entender que una infidelidad puede culminar en una pérdida muy grande.

Explorar alternativas naturales para tener energía y buena salud.

Evitar amistades que sean del club del soltero feliz y parrandero.

No autoboicotearse pensando constantemente en lo que no se tiene o lo que no se logró.

Generar trabajo en equipo, metas y logros comunes.

Es una etapa difícil, pero con un poco de buena intención, disponibilidad y paciencia, se sobrelleva para llegar a la plenitud total y el logro de una felicidad absoluta.

Muy pocos divorcios terminan en una historia exitosa, casi siempre se extraña lo que ya no se tiene.

Hasta la próxima

Paty Coen