No deben menospreciar a los ciudadanos, que son sus gobernados, pero también sus amos y señores. Llegará el día en que la sociedad se de cuenta de eso. Dios nos escuche...
Resumen de noticias noviembre 2022
Resumen de noticias noviembre 2022
La desaparición de los libros en papel
El que lee un libro, lee una revista, lee un periódico y lee un portal de internet. Depende el tema, el lugar, la intención, el humor y hasta el hábito...
Se dice, sobre todo en Europa, que los libros impresos en papel se encuentran en la ruta de la desaparición. Que serán suplantados por ediciones digitales que les hagan más fácil la vida a los lectores.
En España por citar un país europeo, las personas leen como un hábito. La mayoría de ellos cuentan con los dispositivos móviles más sofisticados, razón por la cual están acostumbrados a su uso para la lectura en línea. Por ello algunas organizaciones editoriales auguran este panorama, discurso que comenzó hace diez años, aproximadamente.
La realidad en nuestro país es muy diferente. Los mexicanos usan el internet para cuestiones de entretenimiento y el porcentaje de la población que lee libros en la web es reducido. Pasarán muchos años para que se pueda analizar la posibilidad de omitir las impresiones tradicionales para los libros y otros medios de información.
La práctico
El desarrollo de nuevas tecnologías para la lectura, no quiere decir que suplirán a las formas de presentar productos noticiosos o literarios, más bien es una oferta extra para los lectores, una opción más. Usuarios de tabletas electrónicas, aún no están acostumbrados a usarlas como libros, pues no brindan las mismas características en cuanto a practicidad. Un libro no se apaga cuando la pila se agota, un libro no es un bien que sea necesario cuidar y tratar con suma delicadeza para garantizar su buen funcionamiento, un libro se transporta a donde quiera, se manipula como sea, se subraya y dobla la página, se archiva para su consulta. El tiempo de duración de un libro es mucho mayor al de un dispositivo electrónico, cientos de años. El formato en papel de un libro no podrá ser remplazado con ninguna tecnología.
Habrá que esperar décadas para ver si las nuevas generaciones con conocimiento mucho más avanzado en el manejo de dispositivos electrónicos sólo se familiarizan y les es cómoda alguna forma digital para leer durante horas una novela, por citar un ejemplo. La tecnología del presente sirve para las cuestiones prácticas, como buscar el significado de una palabra, datos para viajar, alguna noticia en específico, cuestiones lúdicas, compras, etc.
Hoy en día medios que nacieron de manera digital, recurren a los impresos para abarcar el gran sector de la población que por comodidad y costumbre sigue leyendo historias o noticias en medios impresos. Medios, donde la publicidad no es invasiva o su uso no representa incomodidad, sobre todo para la población de 50 años en adelante.
Temas ecológicos
La mayoría de las grandes productoras de papel, están reguladas bajo los estándares más estrictos en cuestiones de sustentabilidad. Los árboles son plantados ex profeso para la producción de papel y no representan ningún posible daño climático al planeta, además de ser reciclable y usado para la elaboración de otros productos. Hago mención de esto debido a los argumentos sobre la inminente desaparición de medios impresos por las políticas del cuidado al medio ambiente. La energía gastada en tecnologías electrónicas así como el desecho de sus componentes, hace más daño que la producción de papel, tema que ya he tratado en anteriores colaboraciones.
El mercado de lectores es extenso, aunque aseguran los que saben, o dicen saber, que en México la gente no lee; se equivocan. Si hay contenido de calidad y propositivo que aporte, existen millones de lectores en nuestro país y ese segmento gusta de contar con varias opciones. El que lee un libro, lee una revista, lee un periódico y lee un portal de internet. Depende el tema, el lugar, la intención, el humor y hasta el hábito.
Gracias y hasta la próxima.
El odio te lo han creado tus prejuicios
Pero hay que tener esperanza (aunque a la pobre la persigan para conseguirse una mayor burla a lo que significa decentemente el bien), en fin, ¡hay que tenerla!