Lactancia materna

Salud y orientación
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Aproximadamente después del quinto día, la composición y volumen del líquido cambia progresivamente para formar la Leche de Transición, la cual se produce en cantidades de entre 600 y 700 ml. al día para cubrir las necesidades del bebé...

La leche materna está químicamente creada para cada especie y se adapta a cada una de las crías para su desarrollo, ya que para algunos seres vivos es fundamental la composición química de ésta. En el caso de las criaturas que su hábitat se encuentra en zonas frías, ésta contiene mayor cantidad de grasa para su protección contra las bajas temperaturas y en algunas, por ejemplo, es mayor el contenido de proteínas.

Exclusivamente, la leche humana contiene mayor cantidad de hidratos de carbono, debido a que son necesarios para el desarrollo del cerebro. Está compuesta principalmente de vitaminas, minerales, ácidos grasos, aminoácidos, sustancias inmunológicas, hormonas, enzimas, entre otros nutrimentos.

Este alimento natural en toda especie tiene una característica extraordinaria; se transforma de acuerdo a cada etapa de desarrollo del bebé:

La primera fase de la leche es el Calostro; formado a partir de exudado de plasma, células, inmunoglobulinas, lactoferrina, seroalbumina, sodio, cloro y lactosa. Se produce únicamente los primeros días después del nacimiento. Éste líquido es muy importante para la protección contra ciertas enfermedades que pueda adquirir el bebé en el lapso que su organismo comienza a desarrollar defensas.

Aproximadamente después del quinto día, la composición y volumen del líquido cambia progresivamente para formar la Leche de Transición, la cual se produce en cantidades de entre 600 y 700 ml. al día para cubrir las necesidades del bebé.

Por último, la Leche Madura es más rica en todos los nutrimentos y se llegan a producir entre 700 y 900 ml. al día hasta los 6 meses post-parto. Esta nueva fase del líquido tiene hasta 88% de agua, contenido energético de 74 Kcal/100 ml. aproximadamente y 7.3 g/dl de lactosa, lo que equivale al 40% de la energía total aportada y entre 40% y 50% de lípidos (grasas).

A partir de los 6 meses y según la evaluación de las características de desarrollo, se comienzan a integrar diferentes alimentos a la dieta del pequeño (a esta etapa se le llama ablactación), pero la leche en general según la OMS (Organización Mundial de la Salud) continúa siendo esencial para el desarrollo hasta los dos años de vida.

Algunos de los nutrimentos que aporta la leche son el calcio y el hierro. En el caso del calcio, existe una relación con el fósforo y su absorción, ya que éste es de 2:1 en la leche materna humana y en la leche de vaca es de 1:3; esto provoca una menor absorción del calcio. En caso de que la madre no ingiera los requerimientos adecuados de calcio, el cuerpo, por naturaleza, cubre esa necesidad tomando el mismo de los huesos. Este hecho provoca en la madre una descalcificación. El hierro es un mineral que complementa el desarrollo mental y la formación de glóbulos rojos en la sangre. En la leche humana, tiene una gran biodisponibilidad, pudiéndose absorber hasta 50%, a diferencia de la leche de vaca que sólo llega a absorberse en un 10%.

Hoy en día algunas madres prefieren ofrecer a sus pequeños la alimentación artificial por comodidad, estética, entre otros aspectos, sin tomar en cuenta los grandes beneficios de la leche materna que ni la mejor leche en fórmula puede, ni podrá aportar. Actualmente una fórmula láctea por muy buena que sea, nunca llegará a aportar las inmunoglobulinas, las cantidades precisas, el desarrollo mental, la conexión emocional entre madre e hijo y otras cosas que la naturaleza tiene para nosotros.

Por ello, les doy a conocer a los padres de familia los beneficios de utilizar lo que los millones de años de evolución en la naturaleza nos aportan.

Daniela Ríos D. Falcón