La importancia de la ecología y la cultura

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Entonces sí que estaremos jodidos (más que ahora) porque a pesar de semejante omisión uno de ellos, el que sea, llegará al poder...

Hay focos rojos en las campañas políticas que se verifican o verificaron en algunos estados de la República mexicana. Esto porque entre las propuestas de las coaliciones o de los partidos políticos no existe o no se nota la cultura y la ecología, temas fundamentales para el género humano.

Y digo focos rojos porque en otras partes del mundo la cultura ha sido y es el tema y la acción axial. Por ejemplo: logró “apaciguar” la violencia en la ciudad de Cali, Colombia, destinando porcentajes nunca antes vistos para la creación de espectáculos, el apoyo a muestras artísticas y el impulso a la música, pintura, danza, teatro, etcétera.

Como usted sabe, la cultura va de la mano de la ecología. Un ser culto procura conservar su medio ambiente porque sabe que lo tiene prestado por sus hijos o nietos. Y una persona inculta no hace nada por conservarlo porque simplemente no sabe nada.

Lo peor es que en algunos casos los vocablos “cultura” y “ecología” respaldan muchos negocios inmobiliarios, en especial los que crecen al amparo del gobierno. Es obvio que a estos comerciantes (los propietarios) no les interesa la literatura y menos aun el teatro, la danza, la música y las exposiciones pictóricas.

No todo es “construir” o “reconstruir” los espacios culturales históricos so pretexto de la fiebre del momento. Son llamaradas de petate, “obras” que en dos o tres años serán ruinas vacías, inmuebles en desuso. Claro que es importante contar con espacios dignos para la cultura, pero estos deben ocuparse con los miles de jóvenes o no tan jóvenes que claman por lugares propios donde se puedan canalizar las energías hacia las expresiones culturales, ya sean modernas o clásicas. En Puebla está el Complejo Cultural Universitario, por ejemplo.

Así que hagamos un exhorto a los candidatos y a los gobernantes: que pongan énfasis en el tema que ahí está, que ha sido, es y será una vacuna contra la delincuencia. Que se graben en su cabezota que los libros no muerden y que la cultura no causa obesidad como el alcohol, las carnitas y la comida chatarra.

Otro tema primordial en la agenda política de los aspirantes a la gubernatura de los estados, debe ser, insisto, el tema ecológico. ¿Por qué? Porque vivimos en carne propia las consecuencias del calentamiento global. Porque existen presupuestos exagerados para los desastres naturales, no para evitarlos. Porque no hay campañas de concientización contra los efectos contaminantes. Porque los foros cupulares no son efectivos. Porque las reuniones de jefes de Estado le dan vueltas al problema. Porque en la cima de los que deciden el destino de la población, poco o nada se logra debido a que los líderes nunca ven hacia abajo y, en muchos casos, porque ellos son los que dañan el balance del planeta dado que autorizan la tala de árboles, producen basura y contaminan las calles. ¿Reciclar? Es una necesidad que si no deja dinero no encaja con el liberalismo económico ni con el raciocinio humanista y social. Es penoso decirlo, pero la gran mayoría de los gobernantes les vale madre perjudicar a los demás: para ellos lo más importante es hacer dinero que sembrar árboles, conservar el agua, mejorar el medio ambiente y promover en los niños y jóvenes la cultura ecológica.

Alarma, pues, que los candidatos no aborden este problema. Es obvio que lograrían mucho si en los discursos persuasivos al voto, quienes los escuchen entiendan, razonen y asimilen lo que pasa en México, en cuanto a la ecología; que sepan que sin necesitar de la ayuda del “ogro filantrópico”, es posible lograr pequeñas acciones que permitan reducir el calentamiento global y sus efectos. Pero por desventura da la impresión que ninguno de ellos se ha dado cuenta de lo que pasará si no se preocupa por evitar la catástrofe climática que ahí nos espera, como si fuese la parca apoyándose en su guadaña.

Ojalá en el discurso político, de cualquier partido o alianza, se tomen en cuenta los factores culturales y ecológicos. Aunque usted no lo crea hay administraciones que no hacen absolutamente nada para frenar la contaminación. Y menos aun para salvar, promover y apoyar las diversas expresiones culturales a punto del colapso porque al gobierno le son ajenas.

En fin, cada quien sabrá por quién vota. Y cuando esto ocurra (si ocurre) esperemos que lo haga por quienes se proponen impulsar la cultura, el arte, la literatura y las actividades que fomentan la creatividad.

¿Y si ninguno de los candidatos hace la propuesta y el compromiso por la cultura y la ecología?

Entonces sí que estaremos jodidos (más que ahora) porque a pesar de semejante omisión uno de ellos, el que sea, llegará al poder.

Hasta la próxima

Miguel C. Manjarrez