Equidad de género

Vida & Sociedad
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El día que dejemos de imponer roles por el hecho de tener pene o vulva y empecemos a tratarnos como personas, simplemente, ese día lograremos la equidad...

¿Qué significa realmente en nuestros tiempos hablar de equidad de género? ¿De verdad somos iguales mujeres y hombres? ¿Expresamos de la misma forma nuestros sentimientos? ¿Actuamos y respondemos igual ante alguna situación?

Hablar de equidad entre hombres y mujeres ha sido un tema de interés en los últimos 50 años de la historia en nuestro País y al parecer se ha convertido en una lucha constante para demostrar quien es el/la mejor.

El feminismo, inicia como una protesta de las mujeres exigiendo derechos a los cuales no tenían acceso por el simple hecho de haber nacido con una vulva, es por eso que muchas mujeres y algunos hombres empiezan a hablar de la necesidad de lograr una igualdad entre los sexos. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta lucha se desvirtúa, cayendo en el extremo, lo que hoy conocemos como “hembrismo”, que no es nada más que el poder ejercido por las mujeres hacia los hombres.

Erróneamente las mujeres pensaron que la única forma de acabar con el machismo, era poniéndose en el lugar de los hombres, por lo que empiezan a adquirir los roles y atuendos masculinos para demostrar su “igualdad” (superioridad); el mas clásico ejemplo es el traje sastre, que es un traje de hombre feminizado; aunque existen muchos más ejemplos de este movimiento exagerado como: el maltrato, el acoso, la violencia, etcétera. Esto en lugar de equidad parece una venganza femenina: “ahí les va la nuestra, por habernos tratado tan mal”; y habrá hombres que digan: “¿y yo que culpa tengo?” Siempre pagan justos por pecadores.

Y entonces, ahora encontramos machistas y hembristas, como los extremos de la masculinidad y feminidad, sin embargo, estos siguen siendo roles adquiridos, rígidos; recordemos que el género es una imposición social, que varía según la época y la cultura, en donde se nos dice que hacer y que no hacer de acuerdo al sexo aparente (si, aparente, este es otro tema) al nacimiento.

¿Qué ha pasado durante estos años? Breve historia en algunos sectores:

  1. La mujer reclama su derecho a trabajar y tomar decisiones, como los hombres.
  2. Se hace común el uso de anticonceptivos eficaces, por lo que el coito pasa de ser solo reproductivo a integrase como erótico.
  3. Inicia la lucha feminista, se logra que las mujeres voten, estudien y trabajen, obteniendo un sueldo.
  4. La mujer trabaja y es ama de casa, el hombre sigue trabajando sin entrarle a cuestiones domésticas.
  5. La mujer abusa de su puesto y poder, surge así el hembrismo.
  6. Se sigue fomentando el machismo y hembrismo, a través de la educación sexista otorgada en los hogares y escuelas: “no hagas esto, es de niñas/os”.

Hablar de equidad de género es hablar de respeto, de integridad, de tolerancia, es dejar de imponer. Es evidente y claro que hombres y mujeres no somos iguales y para ser mucho mas precisa, tampoco somos iguales como personas, es decir, ¿cómo poder catalogar a todas/os las/os mujeres/hombres de cierta forma, si cada una/o tiene su propio código genético, sus propias vivencias, su propia educación? No todas las mujeres lloran con una telenovela, ni todos los hombres pelean a golpes por que alguien los ofendió.

Hombres y mujeres tenemos capacidades y destrezas como personas, independiente a nuestros genitales; me parece que toda esta guerra se da porque se ha intentado dividir lo que es de hombres y de mujeres, lo rosa y azul, lo fuerte y débil, lo tierno y agresivo, lo emocional e intelectual…

Hace falta vernos como personas, como seres, como almas, quitarnos de encima ese disfraz impuesto, sacar de nuestras vidas los títulos y dejar de ser más femeninas o mas masculinos… actuar desde nuestro ser no desde nuestro deber.

El día que dejemos de imponer roles por el hecho de tener pene o vulva y empecemos a tratarnos como personas, simplemente, ese día lograremos la equidad.

Flavia Lillian Carrera