Segunda parte
Ya casi a nadie le sorprende que las actividades del narcotráfico tengan una capacidad corruptora sin precedente. Que sus ganancias sean de tal magnitud que hayan alterado las referencias sociales. El asunto debe analizarse con gran seriedad dejando atrás la visión de acciones aisladas de los grupos narcotraficantes. En fin, todo parece indicar que se trata de una estrategia cuyo objetivo es permear las estructuras políticas de la nación.
Pero lo más importante es que la gente empiece a preguntarse: ¿Quiénes son los grandes capos?¿En verdad hay figuras que concentran el poder político en el gobierno y el poder económico en el narcotráfico?
Los hechos trascendentes sobre la guerra entre la autoridad federal y los grupos de narcotraficantes son los siguientes:
–Durante las primeras semanas del régimen salinista, lo más sobresaliente fue el nombramiento de Enrique Álvarez del Castillo como procurador general de la República, evento que de inmediato dio pie a críticas provenientes de los Estados Unidos. Decían que cuando fue gobernador del estado de Jalisco, los jefes del narcotráfico aprovecharon para torturar y asesinar al agente de la DEA Enrique, “kiki”Camarena.
–Sobre Javier Coello Trejo el “Fiscal de Hierro”, recae el nombramiento del subprocurador general de la PGR para la investigación y lucha contra el narcotráfico. En ese año son decomisadas trece toneladas de cocaína.
–En 1989 México lanza la mayor ofensiva conocida en la historia de la lucha antinarcóticos, a cargo del subprocurador Coello Trejo. El gobierno de Carlos Salinas aumenta los recursos humanos y financieros de la PGR. Más de la mitad del presupuesto es destinado a la lucha antidrogas, dando mayores resultados en erradicar plantíos y encarcelar delincuentes. La Policía Judicial Federal forma una fuerza especial: la División Antinarcóticos, con oficiales de alto rango. Muchos de ellos pertenecieron a otras unidades de seguridad pública. Se crea el Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional.
–En marzo es detenido el narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo, quien hasta entonces era conocido como el capo de capos en la zona del Pacífico. Su imperio creció bajo los gobiernos de Leopoldo Sánchez Celis y Antonio Toledo, en Sinaloa, y de Flavio Romero de Velasco y Enrique Álvarez del Castillo, en Jalisco.
–En Mayo de ese año, Adolfo de Jesús Constanzo alias “El Padrino”, al ser rodeado por la policía, arroja dólares a la calle, se encierra en un clóset y pide a un compañero que lo ejecute. Era uno de los delincuentes más buscados acusado de “narcosatánico”.
–El 12 de junio es arrestado José Antonio Zorrilla Pérez, ex director de la extinta Dirección Federal de Seguridad acusado de ordenar el asesinato de Manuel Buendía, debido a que el periodista poseía información sobre narcotráfico. Presuntamente Zorrilla obedecía al cártel de Ciudad Juárez, dirigido por Rafael Aguilar Guajardo.
–El 12 de diciembre son sentenciados Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo como responsables de los homicidios del los agente de la DEA, Enrique Camarena y el piloto Alfredo Zavala y
–En 1989 se decomisaron 39.5 toneladas de cocaína.
I/XI/1994