Ahí está el detalle (Crónicas sin censura 112)

Réplica y Contrarréplica
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“Ahí está el detalle”...

Cantinflas no ha muerto. Solo se despojó del viejo y desgastado cuerpo; del traje confeccionado por la naturaleza para hacerse visible a los ojos de la gente. Cantinflas aún vive y lo hará por muchas décadas más. Está en el aire, en las fibras ópticas, en las pantallas de cristal y de tela que con toda amplitud reflejan el llamado séptimo arte.

A Carlos Salinas de Gortari le concedió su última entrevista. Y también allí, en Los Pinos, donde al más pintado le tiemblan las corvas, el genio de la comicidad y de la filosofía popular se vio –al mismo tiempo– modesto, grande, profundo y sencillo.

Dicen, pues, que los políticos cantinflean cuando hablan mucho y no dicen nada. Ya quisieran que así fuera porque al cantinflear estarían comunicándose con el pueblo para representarlo, quejarse, reclamar y orientar a las autoridades de arriba, de en medio y de abajo.

Su lenguaje, el cantinflesco, reclama, según los que saben, que no haya comunicación entre autoridades y pueblo. De ahí la profundidad de su mensaje: cambiar el discurso para entendernos con quienes nos representan o sirven, según el caso.

Parece que se ha ido, pero no es cierto. Así dicen que dijo que dijera cuando dizque habían dicho que se iba a morir. Y ahora que dejó sus huesos en el panteón, pudiendo por fin quitarse el deteriorado cuerpo, ya no podrá lucir en vivo y en directo la gabardina, el uniforme azul con el número 777, el esmoquin, el traje de torero, la sotana, el casco de bombero, el overol o los pantalones encogidos y raídos. Sin embargo, y para nuestro consuelo, don Mario Moreno Reyes “Cantinflas” aún sigue vivo. Su genio continuará flagelando el mal humor y poniendo a pensar a políticos con capacidad de aprendizaje. Cantinflas fue (¿o es?) un comediante “que no se ríe de la gente sino que lo hace con ella”.

“Ahí está el detalle”.

Alejandro C. Manjarrez

22/IV/1993