Cada platillo cuenta una historia de esfuerzo, creatividad y amor..
En cada esquina de México, la cocina late como el corazón de la casa. Es ahí donde las madres, abuelas, y a veces hasta los padres y hermanos, convertimos ingredientes humildes en banquetes memorables. Pero no siempre es fácil alimentar bien a la familia cuando la economía aprieta. A pesar de todo, siempre hay maneras de lograrlo: aquí, con mucho amor y experiencia, les comparto algunos consejos para hacer rendir la despensa sin sacrificar la salud.
Frijol y maíz: los eternos aliados
Nada más mexicano que el frijol y el maíz. Juntos, estos dos ingredientes forman una proteína completa, perfecta para dar energía y alimentar bien sin gastar mucho. Una olla de frijoles cocidos alcanza para toda la semana: puedes hacer enfrijoladas, frijoles charros, o simplemente servirlos con unas tortillas calientes y un toque de queso fresco. Y el maíz no se queda atrás; una masa para tortillas caseras cuesta menos que una bolsa de pan, y además sabe a tradición.
La magia de las verduras de temporada
Ir al mercado y preguntar “¿qué está barato hoy?” es casi como abrir una caja de sorpresas. Las calabacitas, nopales, espinacas y zanahorias son siempre una buena opción. Además, comprarlas en su temporada asegura frescura y un precio accesible. Con un puñado de estas verduras, un par de huevos y un poco de imaginación, se puede preparar un caldillo o unas tortitas que alimenten a todos.
Legumbres: tesoros escondidos
Además del frijol, hay lentejas, garbanzos y habas. Estos ingredientes, económicos y llenadores, son el pilar de muchas cocinas mexicanas. Un guiso de lentejas con jitomate y cebolla, acompañado de arroz, es no solo barato, sino también un plato lleno de nutrientes. Y lo mejor de todo: puedes cocer las legumbres en grandes cantidades y congelarlas para usarlas cuando las necesites.
Hierbas y especias: el sazón de la abuela
A veces, el secreto no está en los ingredientes principales, sino en lo que les da vida. Hierbas como el epazote, cilantro o perejil, que son económicas, transforman un plato sencillo en algo memorable. Con un toque de ajo, cebolla o chile seco, cualquier sopa básica se convierte en un festín.
Hazlo tú misma: más barato y más sano
Aunque comprar comida preparada parece conveniente, hacerlo en casa siempre será mejor para la salud y el bolsillo. Desde el pan hasta los salsas, muchas cosas que creemos complicadas en realidad son sencillas y hasta divertidas de preparar en casa. Además, cocinar en familia es una forma de enseñar a los más pequeños el valor de la comida y el trabajo que hay detrás de ella.
Así que….
La cocina mexicana tiene un don especial: transforma lo poco en mucho. Cada platillo cuenta una historia de esfuerzo, creatividad y amor. Alimentar a la familia con poco dinero no es solo posible, es un arte que muchas amas de casa dominamos con orgullo. Porque aquí en México, en el hogar más humilde siempre hay un plato lleno de sabor y corazón.
Hasta la próxima