El legado de Alejandro C Manjarrez
Una compilación de las mejores columnas políticas elaboradas por el periodista y escritor en la época digital. El periodo publicado en diarios impresos se denomina, crónicas sin censura. Búscalo en este portal.
La indignación moral es la estrategia tipo para dotar al idiota de dignidad.
Marshall McLuhan
De fuera vendrá quien de casa te echará
Dicho popular
Los estrategas políticos del PAN pusieron trabajar a cada uno de los dirigentes estatales, empezando por su súper líder nacional, Germán Martínez. Entendieron que gobernar es sinónimo de desgaste. Les cayó el veinte y ahora saben que el futuro político no les favorece porque, entre otras cosas, los ciudadanos suponen que la devaluación del peso es culpa del gobierno calderonista.
A lo anterior agregue usted que los electores en potencia creen que la violencia en México, los crímenes ejecutados por los narcos, la corrupción policiaca y la galopante inflación, son fenómenos que se derivan de la incapacidad para gobernar el país.
¿Es poco? Bueno pues entonces incluya que el grueso de los mexicanos acusa a los funcionarios de los mandatos panistas, de ser ellos, precisamente, los causantes de cualquier cosa que afecte y dañe la economía familiar, como podría ser el aumento de la gasolina o el incremento en el precio del frijol o la pérdida del poder adquisitivo. Igual le pasó al PRI cuando era gobierno y por esas razones perdió la presidencia de la República.
Ni modo. Así es como funciona el “precio de la fama pública”, importe al cual tenemos que agregar el costo de las consecuencias que vienen adosadas al fracaso del modelo económico mundial, ahora adoptado y ponderado por el presidente Felipe Calderón y su equipo de trabajo.
El marketing
Supongo que las acciones de Martínez y cuates obedecen a las recomendaciones diseñadas por los “genios” de marketing, cuya propuesta se basa en desprestigiar al PRI. Son sugerencias o instrucciones que, no obstante pertenecer al ámbito del secreto profesional, por su obviedad, saltan a la vista y han pasado a ser del dominio público. Las resumo después de –lo aclaro por aquello de las dudas– ponerme en los zapatos de esos expertos (confieso que me quedaron grandes), muchos de ellos empeñados en manejar sus estrategias electorales a partir de la polarización del mercado:
“Provócalos, acúsalos, señálalos con tu dedo flamígero, denúncialos por cualquier cosa, insúltalos si es necesario. Lo que respondan, digan o hagan a ustedes les servirá para recuperar su posicionamiento en el mercado electoral. No cejen e insistan en lo que, gracias a la campaña presidencial de Fox, la actual generación nunca podrá olvidar: las prácticas del PRI que llevaron al país hasta donde hoy se encuentra”.
A la instrucción apuntada, que pudo haberse dado con esas o distintas palabras (al final de cuentas el resultado es casi el mismo), les siguen otras, las histriónicas: “Sonrían para que no se note su preocupación; hagan chistes e incluso búrlense del adversario político.”
Según este columnista, el problema está en que los actores seleccionados carecen de simpatía y de carisma. Hasta ayer ninguno de ellos había logrado lo que se les propuso, o sea que el rival cayera en la trampa, protestara y se defendiera utilizando las páginas de los medios de comunicación. Falló la maniobra que vislumbraron los profesionales contratados por el PAN. Y no se dieron las respuestas priistas que ayuden a los panista a remontar la cuesta para recuperar los espacios perdidos después del tsunami de errores, dislates, equívocos y burradas de personajes como Vicente Fox, por sólo citar al más conspicuo de todos.
Las chuchas cuereras
El táctica enfrentó otro problema: el que los priistas cupulares ya tienen pelos en las orejas, como dicen por ahí. No mordieron el anzuelo, ni creo que lo muerdan. Ya saben que van de gane mientras los ataques provengan de malos actores y pésimos cómicos. Por ello su necesario silencio y su oportuna ironía misma que, a veces, les sale sin querer.
Los papeles estelares del gran foro de la República, pertenecen a Beatriz Paredes Rangel, Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, cada uno valiéndose de frases sencillas pronunciadas como para que el pueblo los imagine como concertadores que buscan la paz social, estatus que no ha logrado el gobierno panista.
Pero eso es allá, en el centro neurálgico de la política y cuna de los medios de comunicación influyentes.
Por acá en la tierra de los hermanos Serdán, el gobernador Mario Marín Torres decidió guardar un prudente silencio, mientras que el dirigente priista Alejandro Armenta Mier, se ha impuesto la tarea de expresar conceptos, digamos que políticamente aceptables. No ha ofrecido la otra mejilla pues. Pero tampoco “escupe” a sus rivales como éstos parecen hacerlo, algunos con saliva diluida e inconsistente, y otros con las espesas flemas del denuesto.
Para concluir con esta entrega, se me ocurren dos escenarios probables: el abstencionismo provocado por el desprestigio de la política y, como consecuencia de esto, el triunfo del PRI, victoria basada en la estructura electoral que controlan sus gobernadores. Es lo que, por obvio, pudo haber inducido al “tanque de cerebros” del blanquiazul para, desesperados, diseñar la estrategia mediática que sufrimos todos los mexicanos, en especial los televidentes...
Nota: columna publicada en 2009