La crisis de todo

Réplica y Contrarréplica
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El legado de Alejandro C Manjarrez

Una compilación de las mejores columnas políticas elaboradas por el periodista y escritor en la época digital. El periodo publicado en diarios impresos se denomina, crónicas sin censura. Búscalo en este portal.

¿Quién tiene la culpa de la crisis?

Los patrones dicen campesinos y obreros.

¿Quién debe pagar las consecuencias de esta crisis?

Los banqueros, sentencian gobernantes y gobernados del llamado tercer mundo.

¿A quién debemos reclamar?

A los dueños del dinero cuya especulación arrasó con los bienes de capital para atropellar al sector más jodido del país (vox populi).

En ello y más coinciden los especialistas que, por ejemplo, asesoran a José Narro Robles, rector de la UNAM, ahora critico del modelo neoliberal que durante décadas ha conducido la política económica de gobiernos y gobernantes, la que orgullosos y soberbios adoptaron los mandatarios de México y de otras partes del mundo, inercia que arrastró a las universidades y a las iglesias y de paso a los programas que se basaron en el llamado desarrollo sustentable.

Lo peor de todo lo que estamos viviendo y que, según Bill Gates, viviremos durante los siguientes cuatro años, está en que a los grandes genios de las finanzas se les atrofió el raciocinio, digamos que social. George Soros, por ejemplo, el tipo que en 1992 tumbó la libra esterlina apostando contra ella 10 mil millones de dólares, ha reconocido su falta de visión porque –dijo apesadumbrado– no pudo predecir que el sistema financiero iba a colapsar, circunstancia que para él y sus pares resultó toda una sorpresa. ¡Hágame usted el favor!

¿A dónde nos lleva todo este desmadre?

Pues a la conclusión de que todos los ricos que especulan y comercian con el dinero (“la mejor mercancía para vender”, decían hasta ayer) se apendejaron al creer que los dólares tenían alma. Y lo peor es que en sus lucubraciones financieras les valió un soberano cacahuate el bienestar del mercado del cual, paradójicamente, durante décadas, vivieron, medraron, expoliaron y se valieron para aumentar sus insultantes riquezas. El llamado “arco del triunfo” fue sin duda su parte más transitada.

El futuro político

Después de que Ernesto Zedillo reconoció ante el mundo financiero haber diseñado y puesto en operación el Fobaproa, para con el sacrificio de los mexicanos salvar a los bancos y librar a México del colapso que provocaría la caída de ese sector por cierto quebrado por sus nuevos dueños, ya no quedan espacios para las sorpresas: Neto dijo orondo “la neta del planeta” leyéndole la buenaventura a los Estados Unidos, gobierno que acaba de hipotecar el porvenir de sus ciudadanos.

Así que no se sorprenda usted que haya cambios en el escenario de los aspirantes a suceder a Felipe Calderón (Enrique Peña Nieto, Fidel Herrera Beltrán y Manlio Fabio Beltrones). Y que éstos nos den varias sorpresas. Mientras llegan juguemos con las preguntas:

¿Qué deberían hacer para, en primer lugar, mantener el ritmo de desarrollo en sus respectivos ámbitos, dos como gobernadores y el otro como pastor del Senado de la República? ¿Amarrarse la tripa? ¿Reducir el salario de sus colaboradores y desde luego su propio sueldo? (Demagogia barata). ¿Decirle al pueblo que ahorre? (Insulto o mentada de madre) ¿Convocar a los ricos para que dejen de especular con la pobreza y las ambiciones de los gobernantes? (Inútil amarre de dedo). ¿Prohibir a sus colaboradores que hagan negocios? (Atentado contra la cultura burocrática). ¿Repartir parte de la riqueza personal que han atesorado o “ahorrado” en su paso por la administración pública? (Milagro guadalupano). ¿Crear fuentes de trabajo? (Misión imposible). ¿Adoptar la filosofía economicista y/o asociarse con Barack Obama? (Peregrina idea).

Quién sabe si exista una buena respuesta a semejantes dudas. Empero, lo que salta a la vista es que los mencionados no escuchan mas que las campanitas de la sucesión presidencial y que, a estas alturas, ya no tienen tiempo para encontrar soluciones al problema social que se avecina. No obstante, existe la posibilidad de que la fórmula esté en su propia casa; es decir, en la cabeza de sus respectivas cónyuges (en el caso de Peña Nieto hasta que contraiga matrimonio, si es que antes no se le vuela la paloma o Televisa le encuentra otra… alternativa). Ellas tienen lo que a los maridos (o novio) les podría fallar: sensibilidad y, en el caso de la esposa de Fidel, actitud como para pensar con la mentalidad de los filántropos.

Vivan las mujeres

Poco más de la mitad de la población mexicana son mujeres. La presidenta nacional del PRI es mujer. Hay senadoras que le dan prestigio a la Cámara Alta (Rosario Green, una de ellas). En San Lázaro las mujeres han tenido un papel legislativo importante (sobran los ejemplos). En fin, la mujer es, debe ser el factor o eje del desarrollo social y político de México. En sus manos está la “receta” para resolver la crisis. Al tiempo.

Ahora bien, por aquello de la moral expuesta a la prensa, los panistas dependen de lo que les digan y hagan sus mujeres; ay de aquel que sea descubierto poniéndole cuernos a su esposa… Se lo comen vivo en Los Pinos y después en la Secretaría de Gobernación donde, hay que apuntarlo, la “doble moral” está más que prohibida (no hay ironía en la frase, que conste). Esto no quiere decir que los del blanquiazul sean ajenos a las infidelidades. No. Lo que pasa es que en el poder (Ejecutivo o Legislativo) se cuidan más por aquello del qué dirán. Me atrevo a asegurar que de cuando en cuando se disfrazan para hacerle al Casanova. Ahí está el ejemplo (bueno o malo, usted dirá) de Santiago Creel Miranda.

Dejemos al PAN y volvamos al PRI de Peña Nieto, Beltrones y Herrera Beltrán, hasta ayer los priistas con más posibilidades de recuperar Los Pinos.

Esa es la “fotografía” política de hoy, la misma que presenta al PRI como la organización política que ganará la próxima elección presidencial. El problema es que faltan cuatro años, plazo en el cual Enrique y Fidel tienen que fortalecer su presencia nacional, acciones que en gran medida dependen de sus respectivas esposas (por eso a Peña Nieto le urge casarse). En caso de Manlio es distinto porque él dejaría el Senado después de la Convocatoria de su partido; estará vigente y blandiendo la espada de su amañado bagaje político.

En este escenario, o sea a estas “alturas del partido”, el ganón pareciera ser el gobernador veracruzano Fidel Herrera. Y lo es gracias a que su esposa (Rosa Borunda de Herrera) tiene muy buena fama pública, tanto por su trabajo social como por la vocación de benefactora y emprendedora, características que le permitieron recibir el reconocimiento nacional como la “Mujer del Año” (2007).

Los males del poder

Diría cualquier ranchero de Veracruz o de Sonora o del Edomex, a veces y con frecuencia los políticos borran con la cola lo que dicen con la boca. Una muestra: el frustrado intento de convertir a Teotihuacan en un parque de diversiones dizque para impulsar la economía de la región, manufactura de Peña, claro.

También está la lista de agravios endilgados a Fidel Herrera (muchos de ellos exacerbados por el fenómeno mediático) debido a, como siempre ocurre, los equívocos de sus colaboradores cuya frecuencia política está en las antípodas de la de su jefe. Pero como reza el refrán, la culpa no es del indio sino del que lo hace su compadre. Y ya pa’que le cuento los dislates de esos compadritos de grado o de…

Beltrones Rivera es sin duda el que más cola tiene (algunos le llaman experiencia). Vea usted: fue secretario particular de dos secretarios de Gobernación (Jesús Reyes Heroles y Enrique Olivares Santana). Estuvo colaborando (mano derecha) con don Fernando Gutiérrez Barrios, cuando éste estaba al frente de la famosa Dirección Federal de Seguridad, razón por la que conoce las tripas del sistema de información político-policiaco de México. También fue diputado federal, dos veces senador, presidente del PRI y gobernador del estado de Sonora. Y como para redondear su preparación política, hay que decir fungió como subsecretario de Gobernación, entonces bajo la férula de Fernando Gutiérrez Barrios. Como alguna vez espetó doña Elba Esther Gordillo, ahora una activa calderonista: Manlio Fabio estuvo a cargo de las cañerías del sistema político mexicano.

Respetado lector: estas consideraciones sólo son el principio de la lucha preelectoral (“aspiracional”, dicen los clásicos) que se avecina, misma que pondrá al PRI en la línea mediática nacional, espacio que Réplica comparte con mucho orgullo y satisfacción profesionales. Así que seguiremos en esa frecuencia…

Alejandro C. Manjarrez

Nota: columna publicada en 2009