Con el tacto político en las nachas

Réplica y Contrarréplica
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El legado de Alejandro C Manjarrez

Una compilación de las mejores columnas políticas elaboradas por el periodista y escritor en la época digital. El periodo publicado en diarios impresos se denomina, crónicas sin censura. Búscalo en este portal.

La diplomacia te saca de un problema en el

que el tacto te hubiera evitado meterte.

Brian Bowling

 

Entre menos burros, más olotes

Dicho popular

 

¡Ay Micalco!: tan cerca de la Iglesia y tan lejos de la prudencia.

Si es o se parece a sus hermanos panistas, los de una sola moral, el presidente estatal del PAN debe estar profundamente arrepentido por haber insultado a las candidatas del XVI Distrito con cabecera en Ajalpan.

Sí, a Julieta Marín Torres del PRI, y a María del Carmen Celebrón del PAN, ambas antagónicas en la búsqueda de la diputación federal, pero al fin damas que han pugnado por la equidad de género, además, claro, de luchar contra la rampante misoginia que prevalece en la política del país, trátese del partido que se trate.

No sé lo que haya pensado María del Carmen cuando su líder ironizó diciéndole a los panistas, que a su candidata (o sea a ella) le había tocado bailar con la más fea. Quizás sonrió o tal vez pensó en que Rafael se había excedido.

Lo peor fue cuando el comentario produjo risitas en los rostros blanquiazules, sobre todo en las caras de los machos de Ajalpan, reacción que aprovechó el dirigente panista para aclarar a esos “mal pensados”, que no se refería a la candidata del PRI, que por ser hermana del “precioso” ella era también “preciosa” (sic), sino al poder político que representa la familia del gobernador.

Suponiendo que Rafael, el malo, (porque el “bueno” es Moreno) haya dicho lo que dijo sin el ánimo de ofender a la hermana del gobernador, su crítica, broma o lo que sea, podría revertírsele más pronto que rápido.

¿Cómo?

Pues cuando alguien por ahí diga que es a la maestra Marín a quien le tocó bailar con la más fea, ya que la panista María del Carmen, antes de ser candidata, fungió como delegada de la Secretaría de Desarrollo Social Federal, precisamente en ese distrito que hoy pretende representar en el Congreso de la Unión. Y lo peor: sobrarán los testigos que aseguren que Mary Carmen usó (y sigue utilizando) la estructura oficial federal con la intención de convencer a los electores.

Así que anótele a Rafael Micalco su primer tropiezo electoral como hijo del Dios que, según dicen los cristianos, hizo al Hombre a su imagen y semejanza. Y todo por usar en el momento menos apropiado uno de los tantos dichos populares.

A partir de ése rafa-dislate o falta de tacto político, habría que recomendar a los políticos que, como hacen los médicos con los medicamentos, tienen que imponerse la obligación de saber cuándo, cómo y a quiénes “recetar” los productos provenientes de la botica en que se ha convertido la sabiduría del pueblo, donde, por cierto, hay de todo.

No cabe duda, pues, que falló el tacto político del líder del PAN poblano. Lo subrayo con los siguientes supuestos, mismos que demuestran la variedad de circunstancias que, igual que el rafa-dislate, son adaptables a los dichos populares:

Imagine el lector a don Felipe Calderón aclararle a Barack Obama: “Señor presidente: con esto del narcotráfico nos las estamos viendo negras”.

O a Hugo Chávez comentando con Evo Morales: “Ahora sí, mi presidente, ya sabrás lo que es amar a Dios en tierra de indios”.

O a la secretaria de Relaciones Exteriores de México respondiéndole a los mexicanos “secuestrados” en Pekin: “Gracias al amarillismo de la prensa, ya no está en chino poder sacarlos”.

O al mismo Obama espetar a George W. Bush: “Los niños y los borrachos dicen la verdad”.

O a cualquier cura pederasta (como el legionario padre Maciel) pedir a los feligreses citando a Jesucristo: “Dejad que los niños se acerquen a mi”.

O a don Arturo González de Aragón, titular de la Auditoría Superior de la Federación, argüir que a los enemigos de la honestidad (los que huyen) hay que ponerles un puente de plata.

O a Alonso Lujambio, el nuevo secretario de la SEP, defender el liderazgo de Elba Ester Gordillo advirtiéndole al equipo de la CENTE: para los caballos del jaral las mulas de allá mesmo.

O al secretario Fernando Gómez Mont disculparse con el Papa Ratzinger: Su Santidad, no se puede enseñar trucos nuevos a perros viejos.

O a Mario Marín Torres excusándose ante los aspirantes a gobernador con el siguiente dicho: ni están todos los que son, ni son todos los que están.

O a Paco Fraile justificándose con el arzobispo de Puebla: santo padre, jalan más dos tetas que dos carretas.

O al “tigre” Humberto Aguilar Coronado tranquilizando a Santiago Creel: para el flojo siempre es tarde, y cuando madruga todavía no es hora.

O a Rafael Moreno Valle aconsejándole a Melquiades: el perro que mucho lame, chupa sangre.

En fin, respetado lector: si Micalco persiste en alejarse de la prudencia política a la que está obligado por el cargo que ejerce, lo más probable es que se enfrente a sus pares políticos, los mismos que podrían responderle apoyándose en los dichos populares que llegan a la conciencia de los ciudadanos, o sea a los electores que habrán de votar para decidir cuál partido contará con la mayoría legislativa. Ello, que conste, a pesar de que la regla contravenga el sabio refrán mexicano que a la letra dice: entre menos burros más olotes.

Alejandro C. Manjarrez

Nota: columna publicada en 2009