La guerra sucia

Réplica y Contrarréplica
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El legado de Alejandro C Manjarrez

Una compilación de las mejores columnas políticas elaboradas por el periodista y escritor en la época digital. El periodo publicado en diarios impresos se denomina, crónicas sin censura. Búscalo en este portal.

A río revuelto, ganancia de pescadores.

Dicho popular

 

Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.

Mahatma Gandhi

Todo apunta que tanto la violencia criminal en el país como la polarización política que ha desprestigiado al quehacer público, hará que yerren aquellos que se dedican a proyectar y planear el futuro político de los aspirantes al gobierno poblano. No hay parámetros estables para las prospectivas; ni tampoco existe la seguridad de que se conserve la tranquilidad social en Puebla. Cualquier día de estos, que puede ser hoy o mañana o la semana entrante, podría ocurrir algún evento que cambie el escenario y sacuda a las instituciones.

De acuerdo con observadores y especialistas internacionales dedicados a estudiar los fenómenos que propicia el crimen organizado, el cambio de marras involucra la seguridad personal de los hombres y mujeres que por su trabajo o dinero son importantes, destacados. Perciben así desde un atentado grave hasta secuestros y acciones focales diseñadas para desestabilizar al gobierno federal y a los estatales. El combate al narcotráfico, dicen, ha empujado a sus capos hacia el rincón donde sólo existe una salida: la venganza violenta. Y esto pone en peligro al gobierno de Felipe Calderón que, como hemos visto, no ha logrado el consenso de los distintos grupos sociales y políticos de México. Doce millones, o sea la mitad de los votantes que acudieron a las urnas, lo ven como el gobernante espurio.

Precisamente de ese consenso político y popular depende la estabilidad de la nación (y del estado de Puebla, obvio), circunstancia que no deberían omitir ninguno de los aspirantes y sus equipos de cerebros (si es que los tienen). Dicho de otra manera: en lugar de andar provocando a la fiera que cada cual lleva dentro, es mejor que planteen propuestas inteligentes y sustentadas para hacer de Puebla una entidad segura. Que guarden bajo su manga las cartas que, según ellos, les ayudarían a eliminar al adversario. El denuesto o golpe bajo contra quien suponen su enemigo, tiene necesariamente una reacción ya sea ésta mediática o jurídica.

Imagine el lector un ambiente enrarecido por la violencia criminal aderezada con el desprestigio de los políticos de cualquier partido, con o sin medio de comunicación a su servicio. La primera respuesta o reacción sería la de la sociedad que, hay que decirlo, está asqueada de la polarización propiciada por panistas, perredistas y priistas cuyas ambiciones personales han ensuciado la actividad política. Y en seguida vendría una segunda réplica basada en la famosa sopa de su propio chocolate. ¿Cuál? Pues el estilo de vida privada del o los agresores mediáticos, actividad que por heterodoxa se ha convertido en pública. Ya lo dijo alguno de los clásicos: le sacarían sus trapitos al sol además de pisarle su enorme cola, cauda o rabo cochino.

Como lo comenté en la entrega del viernes anterior, a uno de ellos lo exhibirían publicitando su libido que combina perfecto con su capacidad económica para poder sufragar el costo que implica compartir su vida sexual con varias mujeres. Otro sería sacado a jalones del closet donde oculta sus preferencias emocionales (conste que no digo sexuales). Al tercero (el lugar no tiene nada que ver con las encuestas) lo acusarían de traficar con su influencia. Uno más estaría señalado como el corrupto más cínico de la comarca. No faltaría desde luego aquel a quien el dios Baco lo domina y embrutece (o lo hace “simpático”, depende quien lo diga) en cuanto se mete el sol. Y saldrían a la luz pública los nombres de aquellos que pertenecen a la secta secreta en cuyo altar está el vellocino de oro.

Creo, pues, que andan fallando los cerebros contratados por dos que tres de los aspirantes al gobierno de Puebla (digo cerebros en lugar de asesores o proyectistas o consejeros políticos). Da la impresión incluso que están en espera de que las aguas se agiten para poder pescar en el río revuelto; que les vale un soberano cacahuate la estabilidad del estado, entidad también expuesta a los efectos de la violencia que fomenta el crimen organizado.

Este último punto, que en buena medida es producto de la polarización política, mantiene en vilo al gobernador Mario Marín Torres. Tanta es su preocupación que el jueves pasado convocó a los directores de medios de comunicación. La intención: invitarlos a ser solidarios con el esfuerzo de su gobierno, acciones diseñadas con el interés de “blindar” a Puebla de los efectos de la violencia que, por desventura, han diseñado y emprendido los capos del crimen organizado.

Marín hizo lo que tiene que hacer Calderón: primero platicó con los mencionados directores y después convocó a los presidentes municipales para alertarlos y pedirles mantengan comunicación con las autoridades informándolas sobre cualquier “situación irregular”.

Ahora falta que la sociedad escuche la voz de los políticos que andan queriendo suceder a Marín, palabra que de aparecer y difundirse podría acabar con los rumores que la prensa suele transformar en “noticia” para regodeo de los chismosos y, por qué no, de aquellos personajes que desde la oscuridad se empeñan en desestabilizar al estado, revolver el río, agitar las aguas…

Alejandro C. Manjarrez