Puebla, el rostro olvidado (Los primeros pasos)

Réplica y Contrarréplica
Tipografía
  • Diminuto Pequeño Medio Grande Más Grande
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Grupos de presión

Los empresarios

LOS PRIMEROS PASOS 

Miguel Ángel Peral nos comenta en su “Diccionario histórico, biográfico y geográfico del estado de Puebla” las peripecias de Antuñano para establecer en Puebla dos fabricas de hilados de algodón: La Económica y La Constancia.

Dice el investigador que el industrial sufrió desde persecuciones hasta encarcelamientos y amenazas de muerte, debido a su entusiasmo empresarial. Al llegar a Puebla don Estevan ya había recorrido un camino muy largo y exitoso en el medio militar. Incluso, durante la guerra de Independencia, organizó y mantuvo con dinero de su peculio al Batallón de Comercio. Y el 7 de enero de 1837 fundó la industria textil de Puebla. Diez años más tarde, el 7de marzo de 1847, el militar, escritor e industrial dejó de existir.

En la época en que México sufría invasiones extranjeras, los industriales poblanos se convirtieron en la vanguardia empresarial. Salieron bien librados de las batallas y las controversias políticas, y fueron los más afortunados durante el corto periodo del frustrado intento imperial. El impulso fabril estuvo acorde con su influencia política. Y su injerencia en las decisiones oficiales siempre se sustentó en la importancia que tenían dentro del sector económico nacional.

Sus choques con el estado moderno fueron esencialmente motivados por antagonismos o diferencias de intereses. Estos enfrentamientos les obligaron a buscar y encontrar las fórmulas y estrategias que a la fecha siguen usando en sus negociaciones. Un estilo, pues, que nació con Puebla y fue fortaleciéndose aparejado al desarrollo y los tropezones de la ciudad que había sido concebida como perfecta en su conformación social.

El éxito conseguido con Venustiano Carranza para que reconsiderara el gravamen especial impuesto a la venta de telas corrientes, les sirvió para implantar su negociación con el gobierno; siempre enarbolando razonamientos jurídicamente válidos aunque la mayoría de las veces carentes de contenido social. Invariablemente haciendo gala del fervor comercial, casi religioso, que les ha ganado la fama de apasionados defensores de criterios poco populares. No les importa arriesgar su estabilidad jurídica cuando hacen su exposición de motivos. Y nunca fallan en exigir que se respeten sus razones, libertad y autonomía. Pelean con pasión mundana y decisión espartana para que la gente entienda que sus intereses sectoriales son prácticamente intocables. 

Para sustentar lo anterior transcribo algunos hechos históricos a partir del año en que nuestro sistema de gobierno adquirió mayor consistencia debido a la promulgación de la más avanzada Constitución de la época. Los datos que expongo han sido, en su mayoría, obtenidos de la rica fuente del periodismo poblano y nacional, así como de las publicaciones que cito.

(Continuará…)

Alejandro C. Manjarrez