Puebla, el rostro olvidado (El despegue)

Réplica y Contrarréplica
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EL DESPEGUE

El año de 1983 fue de mucha actividad. En Zacapoaxtla Antorcha fundó el CBTA 168, reconocido por la Secretaría de Educación Pública. En noviembre ganó las elecciones municipales en Huitzilan de Serdán, después de que con su estilo peculiar desplazó a la UCI, entonces afiliada al PCM, y frenó la ola de violencia en que estaban enfrascadas ésta y las autoridades locales, por cierto de afiliación priísta.

     A pesar de que la población había sido mermada por la ola de criminalidad y la emigración provocada por el temor, los enfrentamientos continuaron. Entre ese diálogo de balas, los antorchistas se entregaron a la labor de gestoría: abrieron la brecha que comunica a la población; obtuvieron créditos del Instituto Mexicano del café para un beneficio húmedo con capacidad de ochenta toneladas; reabrieron la escuela primaria y el jardín de niños; lograron, pues, que la Secretaría de Educación Pública autorizara el funcionamiento de una tele secundaria. Y con las utilidades de la tienda campesina y de la cooperativa agropecuaria, construyeron lavaderos, instalaron una tortillería, un molino, y una panadería, y además lograron que Teléfonos de México dotara de casetas telefónicas  a Huitzilan y Tuzamapa de Galeana.

     El 25 de febrero de 1986 –con la intención de poner un alto a las constantes agresiones de los organismos de izquierda, que la acusaban de ser una organización paramilitar gobiernista dedicada a desarticular los movimientos democráticos y populares–, Antorcha organizó una gigantesca manifestación que, según cálculos de la prensa local, reunió en la ciudad de Puebla a treinta mil campesinos. Poco después y no obstante su experiencia, inició una lucha políticamente desgastante contra el rector de la UNAM, Jorge Carpizo, cuando éste canceló el pase automático de los recomendados de aquélla a las preparatorias populares Lázaro Cárdenas del Distrito Federal. La decisión final favoreció a Carpizo, aunque el control de los planteles siguiera en manos antorchistas.

    La organización continuó su trabajo político. Inició la capacitación de algunos de sus integrantes en la fabricación de loza de talavera en Fuerte de la Unión, Tepeyahualco de Hidalgo, San Miguel Tenextatiloyan  y Oxpanatla, del Municipio de Zautla. En Zacopaxtla organizó la cooperativa regional Tigmonelia Mezehuatl Sentiquit-ini, como apoyo al trabajo que desarrolla en las comunidades aledañas. Y en el paraje Jardín de Volcanes, adquirió terrenos para construir 400 casas con financiamiento del Fideicomiso Fondo de Fomento Ejidal.

    Según sus propios cálculos, para 1988 Antorcha Campesina tenía ya cien mil afiliados, distribuidos en unas, 200 comunidades de cincuenta municipios poblanos, incluida la capital del estado.

Alejandro C. Manjarrez