El Proyecto Angelópolis (Crónicas sin censura 53)

Réplica y Contrarréplica
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El de Angelópolis resultó ser un nombre muy afortunado para designar el proyecto que habrá de impulsar el desarrollo de Puebla y de la decena de municipios que la rodean...

En primer lugar, su evocación religiosa impactó y sensibilizó a los conservadores, que por cierto son los más difíciles de convencer. En segundo término ha dejado profundamente emocionados a los poblanos emprendedores, cuya habilidad combina los negocios con la vocación de servicio a la comunidad y finalmente nos mostró el extraordinario oficio político del gobernador Manuel Bartlett Díaz, a quien –si todo le sale bien– los poblanos le deberemos el reconocimiento que merecen las personas empeñadas en respetar los compromisos republicanos y generacionales.

     Sin abandonar del todo la leyenda de que los ángeles descendieron del cielo para medir la tierra y trazar la ciudad “con cordeles bañados en blanquísima cal para dibujar los cuarteles urbanos, sus calles, las cuadras”, algunos de nuestros empresarios se acaban de convencer de que Puebla tiene que ser reconstruida por hombres de carne y hueso. Que debido a la ausencia de “encomenderos”, hoy más que nunca tienen que ser parte activa de este nuevo reto. Y que para participar de los beneficios que pronto empezará a generar la inversión de más de tres mil millones de nuevos pesos deben, antes que cualquier otra cosa, quitarse de la cabeza el sentimiento de repulsa a todo lo que huela a gobierno (valga acotar que de acuerdo con las primeras reacciones observadas por el columnista, de inmediato empezó a operarse ese casi mágico cambio, cuando muchos de los presentes en el acto de ayer oyeron que la voz presidencial se comprometía a que en dieciocho meses se rescatará la grandeza de Puebla, de inmediato empezaron a sentir comezón en las palmas de las manos que, de acuerdo con las supersticiones, presagia arribo de dinero).

     Y qué decir de aquellos poblanos cuya actividad siempre se ha sustentado en el reto de producir riqueza bajo la premisa de impulsar el desarrollo social. Simplemente que ya pueden abandonar las preocupaciones que les restaban fuerza y decisión. Esto último porque a partir de ayer Puebla ha pasado a ser el estado de la República con un futuro asegurado, gracias a lo que –según el presidente de México– es el proyecto más ambicioso de su historia.

     Carlos Salinas de Gortari dijo que en el transcurso de los próximos dieciocho meses la Federación habrá de destinar para Puebla mil millones de dólares a fin de propiciar su desarrollo integral. Con esa inversión se resolverán los añejos problemas de agua potable, drenaje, transporte público, recolección de basura, etc., además de cambiar el rostro a la ciudad capital para hacerla todavía más hermosa, agradable y turísticamente mejor acondicionada. También se construirán treinta mil nuevas viviendas con créditos muy blandos (tres por ciento de interés anual), y el lago de Valsequillo empezará a rescatarse a partir del tratamiento de las aguas del río Atoyac. 

     El trabajo fue, en apariencia, realizado por un calificado grupo de especialistas que, según creo, lo consideraron como si fuese un secreto de Estado. Si acaso se dejaron escapar algunos datos, fue para sondear opiniones e ir ganando adeptos a este megaproyecto.

     La cautela del gobernador Bartlett quizá se haya debido a la naturaleza de tales estudios, que bien pudieron haber despertado la ambición de los especuladores.

Alejandro C. Manjarrez

7/VII/1993.