Es cierto, existen agentes dentro del sector cultura que se autodenominan “gestores culturales” por el simple hecho de promover eventos artísticos o trabajar dentro de algún proyecto cultural, no obstante, existimos Gestores Culturales con un título profesional universitario que nos capacita profesionalmente para ejercer esta carrera. Profesionales de la cultura que entendemos la importancia de este sector para fortalecer identidades y desarrollar valores que permitan que nuestra sociedad sea más justa y solidaria.
La cultura corresponde a todos aquellos símbolos que representan a una sociedad; sus costumbres, tradiciones, expresiones artísticas y culturales que reflejan tanto la historia como la riqueza de las personas que habitan una comunidad determinada. La Gestión Cultural busca fortalecer la identidad de las distintas comunidades creando lazos entre las personas, uniones que ayuden a desarrollar sentido de pertenencia entre los que habitan un territorio particular. Y ¿de qué sirve esto? Primero que nada, cuando un individuo se siente parte importante de una comunidad donde comparte rasgos culturales, se genera en éste seguridad de lo que representa en el mundo en el cual habita. Difícilmente se dejará influenciar por prácticas destructivas si se siente cobijado y entendido por quienes lo rodean. La mejor forma para que la identidad se vea consolidada es por medio de las expresiones culturales, mismas que muchas veces se traducen en artísticas. Los gestores culturales analizamos un entorno específico buscando áreas de oportunidad, o lo que llamamos problemáticas o necesidades. Posteriormente, diseñamos proyectos de intervención que respondan a las mismas y que signifiquen algo positivo para las personas que se desenvuelven en dicho territorio. Un aspecto esencial a desarrollar es la apreciación artística. La mejor forma de que las personas aprecien las distintas manifestaciones artísticas es involucrarse activamente en ellas descubriendo los talentos propios, ya que como dicen nuestras políticas culturales actuales, todos los seres humanos somos poseedores de cultura, entendiendo a ésta, desde su concepción estética, como un medio donde a través de la sensibilidad artística se expresan características de las distintas sociedades y se desarrollan, desde la perspectiva sociológica de cultura, competencias que ayudan a consolidar valores que favorecen las relaciones sociales en las comunidades.
Ahora bien, se vive una lucha continua para que la profesión de la Gestión Cultural sea reconocida como tal. Hoy en día y gracias al esfuerzo de agentes culturales formados a través de la práctica, tenemos ya programas de licenciatura, maestría y doctorado enfocados en la Gestión Cultural, sin embargo, aún existen personas que se empeñan en no reconocer e incluso denigrar a esta profesión. Lamentablemente los peores detractores de los gestores culturales son los propios artistas consagrados que en algún momento alcanzaron el éxito y que sienten que su experiencia artística los vuelve superiores y mejores candidatos para encabezar proyectos culturales. Al respecto puedo comentar que no importa lo exitosa que haya sido su carrera artística, o el grado de reconocimiento de su trabajo artístico, si no se tiene bien diseñado un proyecto de intervención que responda a una problemática específica en una comunidad determinada, difícilmente se logrará un programa de desarrollo cultural que prevalezca en el tiempo y que genere un impacto positivo a largo plazo. La Gestión Cultural es fundamental para lograr que una buena intención se convierta en una realidad de transformación social. El principal problema que visualizo en esta situación, es el hecho de que las propias autoridades se basan en la trayectoria del ejecutante artístico para darle libertad plena en materia de acción cultural. Y es entonces cuando regresamos al conflicto de raíz, no reconocer que el profesional de la Gestión Cultural existe, que su trabajo constituye un eje fundamental para lograr el desarrollo cultural de la sociedad.
Es cierto, existen agentes dentro del sector cultura que se autodenominan “gestores culturales” por el simple hecho de promover eventos artísticos o trabajar dentro de algún proyecto cultural, no obstante, existimos Gestores Culturales con un título profesional universitario que nos capacita profesionalmente para ejercer esta carrera. Profesionales de la cultura que entendemos la importancia de este sector para fortalecer identidades y desarrollar valores que permitan que nuestra sociedad sea más justa y solidaria.
Es tiempo de que nuestra profesión sea valorada y reconocida, somos profesionales preparados en diversas disciplinas, todas enfocadas a la cultura. No somos reemplazables por artistas con trayectoria y nuestro trabajo no se enfoca en nuestro desarrollo artístico personal, por el contrario, nos centramos en lograr que el arte y la cultura formen parte del desarrollo integral de la comunidad en la cual laboramos. Reconocemos a los ejecutantes artísticos profesionales como actores culturales fundamentales que nos ayudan a lograr calidad en los distintos proyectos culturales. Se trata de trabajo en equipo, reconocer la importancia de cada profesional involucrado y nunca denigrar a ningún agente cultural implicado, ya que todos representan una pieza fundamental en el mapa de actores sociales con el que se trabaja.
Manola C. Manjarrez Álvarez