En el aniversario de la Revolución Mexicana

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“Una sociedad se define no solo por su actitud ante el futuro sino frente al pasado”
Octavio Paz
 


   José Álvarez y Álvarez de la Cadena

En el aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, tan desconocida y a veces tan menospreciada.

Algunos analistas consideran que esta etapa de la historia no existió y argumentan que fueron acciones aisladas, sin proyecto de país e incluso se atreven a decir que las organizaron grupos que se sublevaron por diversos motivos y sin una estrategia general.

Olvidan que aún cuando Madero inicialmente pensaba en el sufragio efectivo no reelección, con el paso del tiempo se fueron incorporando al espíritu de la Revolución, los derechos sociales mismos que se plasmaron en la Constitución en los artículos 3º, 27, 123 y 130, convirtiéndola en la primera del mundo en incluirlos.

Considero fundamental que los mexicanos conozcamos los principios que motivaron la realización de la Revolución y por ello me permito compartirles lo señalado por mi padre general y diputado constituyente José Álvarez y Álvarez de la Cadena en su libro, Justicia Social Anhelo de México.

En el prólogo manifiesta:

“ hoy que voy bajando la última pendiente de la existencia, la que ha de llevarme a devolver a la madre tierra la materia que me da vida, recuerdo aquella escena de angustia y de encanto, de obscuridad y alegría, de desesperante incertidumbre al caminar como en un mar de lodo para surgir de pronto a la gloria de un río luminoso de diamantes. Y la encuentro tan semejante al viaje doloroso de la vida, en que pretendemos que la Justicia Social llena de luz y de alegría substituya al triste espectáculo de una patria hambrienta, miserable y explotada que he querido plasmarlos en el prólogo de este libro”.

“La verdad es el único sendero limpio hacia el conocimiento de la belleza, pero es también la más devastadora de las virtudes porqué de un tajo acaba con la hipocresía de los siglos.

Y si está gran virtud de la verdad es susceptible también de perturbar las fuerzas existentes de quienes asumen el gobierno de las naciones para su propio beneficio, entonces se emplearán todos los recursos sutiles para lograr su supresión”.

“Mi objetivo es demostrar a las generaciones nuevas, y recordar a quienes parecen haberlo olvidado, que el movimiento militar revolucionario no se efectuó, como por desgracia lo hacen aparecer algunos escritores ignorantes y otros más ignorantes directores de películas y de telenovelas que desorientan a la opinión pública, con grupos desordenados de mugrientos y desarrapados, borrachos y pispiretas del tipo Juana Gallo.

No. Hubo unidades militares que llegaron a tener buena organización para su época, las que en batallas muy reñidas hicieron brillar el genio militar de los jefes que las dirigieron. Fue por ello y por la inquebrantable energía del señor Carranza, que lograron diezmar al ejército federal, hacer huir al dictador Huerta y doblegar a los políticos que formaban el gobierno espurio del chacal.”

“Después de la disolución del ejército federal tuvieron que librarse muchas y muy encarnizadas acciones de guerra; pero éstas ya no fueron contra elementos de la vieja reacción clerical,sino producto de la incidencia del general Francisco Villa con las corporaciones de la División del Norte que el primer jefe había puesto a sus órdenes.”

“Al referirme al movimiento maderista considerado en su aspecto de lucha armada, haré notar que ésta no revistió características serias, toda vez que la dictadura tenía ya planeado ejecutar únicamente algunos encuentros de preparación para lograr los Tratados de Paz (tratados de Ciudad Juárez), que eran el objetivo fundamental que se perseguía a fin de que tanto el señor Madero como la Revolución, quedaran en manos del ejército federal.”

“La verdadera lucha armada que vino después, la sostuvieron los federales contra el ejército Constitucionalista organizado por el señor Carranza”.

“Insisto en hacer notar que el resultado verdaderamente satisfactorio de toda la campaña militar de la Revolución, fue la derrota, la rendición incondicional y por fin la disolución definitiva del viejo ejército federal”.

 

Manola Álvarez Sepúlveda