Gilberto Bosques, relatos y poesías 10

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“Les comparto una narración de la actividad diplomática durante la Segunda Guerra Mundial del diputado constituyente y embajador Gilberto Bosques Saldivar, publicada por la Secretaria de Relaciones Exteriores en el libro Gilberto Bosques el oficio del gran Negociador.

Así mismo un poema inédito que me envía su hija Laura para que conozcan la parte emotiva de su padre”.

Manola Álvarez Sepúlveda.

Ya está establecido el consulado general de México en Marsella y nos relata Gilberto Bosques:

“Otra situación que se presentó, y que fue digna de estudio, se refería a que éramos objeto de vigilancia, de espionaje. La actividad de la Gestapo se sentía de una manera pesada, así como el espionaje de la policía de Vichy en coordinación con la Gestapo. Además la policía española mantuvo ahí a sus agentes para vigilar los pasos de los españoles refugiados en Francia y bajo la protección de México. Entonces se abordó una investigación referente al espionaje y la quinta Columna. Con tantos datos fue necesario dedicar horas de trabajo, con colaboraciones muy importantes de españoles y franceses. Trabajamos en eso y recopilamos notas que aún ahora estamos pasando en limpio, con el fin de formar un volumen.”

“Trabajo interesante porque contemplaba el espionaje en un plano general, de los países totalitarios y de cada uno de los otros países europeos. Toda su organización, sus manifestaciones y su acción en la Guerra misma. El estudio del espionaje se extiende a Estados Unidos, México y a toda América Latina.” (Tuve la oportunidad de leer ese estudio pero desconozco si se publicó).

“En el edificio que ocupábamos en Marsella se instalaron, en la parte superior, las oficinas consulares japonesas, y hacían buen espionaje de todos nuestros actos.

En una ocasión alguien denunció ante las autoridades de Vichy que al albergue del castillo de Reynarde llegaban paracaidistas y que era un campo de acción de la Resistencia.” 

“El espionaje era una preocupación importante para el consulado. Había que estar muy alertas, porque cuando se trató de auxiliar a los miembros de las brigadas internacionales, se presentaron espías alemanes. Estos eran originarios de la frontera de Alsacia y la Lorena y hablaban un buen francés. Se presentaban con su documentación irreprochable. Y pedían el asilo de México para su supuesta salida de Francia. Su propósito era incorporarse al grupo de refugiados para espiarlos. Pudimos defendernos. Regularmente los espías alemanes llegaban en pareja, se vigilaban uno al otro, se cuidaban. A veces sabíamos quiénes eran, tenían aspecto semejante al tipo francés y hablaban el idioma con el acento de un francés de París. Había que cuidarse.”

 

      EL POEMA

 

     CREPÚSCULO.

 

Instante de los íntimos martirios.

La tarde se deshace dulcemente y del gran Mezcalapa en la corriente

deja un fervor lumínico de lirios

 

Las garzas van hacia el nidal lejano.

La calandria romántica que trina

interpreta la gala purpurina

en que agoniza el astro soberano.

 

Ya la sombra se prende a los manglares

y las brisas que peinan los maizales

de tanto suspirar se quedan mudas,

el silencio vendrá, quizá la calma.

y por los hondos círculos del alma

arrastraron su clámide las dudas.

 

Nota: se respetó la redacción, la puntuación y la ortografía original.

Manola Álvarez Sepúlveda