“Les comparto un relato hecho por el diputado constituyente y embajador Gilberto Bosques Saldivar, sobre su actuación diplomática durante la Segunda Guerra Mundial, incluido en el libro El Oficio del Gran Negociador, editado por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Así mismo un poema inédito que me envía su hija Laura, para que conozcan otra faceta de su padre”.
Manola Álvarez Sepúlveda.
“ La acción diplomática en Francia era muy interesante, porque en aquellas circunstancias, de absoluta subversión de los hechos y personas, no servía el derecho como instrumento de trabajo... Entonces, hubo que recurrir a principios aceptados de manera universal...
En la labor de protección fue necesaria una negociación de gran envergadura con las autoridades francesas, el gobierno francés admitió la acción para documentar a los refugiados españoles en su salida hacia México como inmigrantes no refugiados y que por la simple declaración de los interesados se les concediera la nacionalidad mexicana.
Ciertos grupos de españoles viajaron a Cuba y otros a Santo Domingo, debido a muchas circunstancias. Algunos españoles de rango intelectual habían estado en Buenos Aires, impartiendo cátedras, conferencias y, por tal razón, decidieron salir para allá, confiados a la acogida de amigos profesores y de un país ya conocido. Otros viajaron a Santo Domingo, buscando posibilidades de trabajo.
A Cuba llegaron algunos más. El grueso de esos refugiados vino a México. Incluso el gobierno republicano se estableció en México. Además, los intelectuales, los trabajadores, los poetas, los artistas en general, vinieron también. Era una composición completa. La representación humana de un país.”
En el libro De Viva Voz, Vida y Obra de Gilberto Bosques, editado por el Colegio de México se señala que:
“ La diplomacia mexicana encontró varios caminos para sortear todas las dificultades, una de las cuales era dar apoyo a aquellos españoles reconocidos como líderes de la comunidad en el exilio y, en consecuencia, señalados por el gobierno francés y perseguidos por el alemán, su liderazgo no sólo era moral, sino también efectivo, es decir, estaba al frente de instituciones con facultades para actuar en territorio francés, las cuales se manejaban en combinación con las políticas que se diseñaban desde México.
El Rabino Baal Shenyang solía decir que quien mata a un hombre asesina a la humanidad entera y que quien salva a uno solo rescata a todos los hombres.
Partir de ese pensamiento para convertirlo en hechos concretos y acciones es lo que comúnmente llamamos heroísmo. Se puede ser héroe cuando se reacciona ante un hecho preciso pero es más difícil asumir el deber de ponerse del lado de la justicia y arriesgar todo por aquellos que no tienen nada, ese es el caso de don Gilberto Bosques.”
P O E MA
Frente a los tramontes.
En el bosque.
Al amparo del último celaje
Charlamos del amor y de la vida
era amor para mí como una herida
y para ti cual seductor miraje.
Me arrebató mis penas el paisaje
Cuando te vio mi alma sorprendida
encarnar mi ilusión enaltecida
bajo las reverencias del ramaje.
Recorrí las risueñas ascensiones
en tanto que mis viejos desconsuelos
huían más allá de las distancias,
y en una senda de constelaciones
mi vida se encontró frente a los cielos
multiplicada en todas las fragancias.
Nota: se respetó la redacción, la puntuación y la ortografía original.