Porque no se puede andar maltratando a la vida misma, no se puede andar maltratando a la razón misma, no se puede andar maltratando a la esperanza, no se puede andar maltratando a quien es justo o a quien es decente o a quien dice las cosas PRECISAMENTE claras ( pese a quien le pese ) o a quien da una información muy depurada (un esfuerzo) de sinrazones, de rodeos manipuladores o de engaños. Así es.

Las palabras no son de nadie pero, en contrariedad o paradójicamente las crea la sinrazón que manda; o no, si ya precisamente tú en ti eso lo evitas con una responsabilidad-conciencia-respeto-benevolencia de verdad.

Todo ello trajo a mi memoria la última vez que don Gilberto estuvo en esta ciudad para recibir en vida el homenaje que le hizo el Congreso del Estado de Puebla:

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