De aspirantes a reyes magos

Réplica y Contrarréplica
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El legado de Alejandro C Manjarrez

Una compilación de las mejores columnas políticas elaboradas por el periodista y escritor en la época digital. El periodo publicado en diarios impresos se denomina, crónicas sin censura. Búscalo en este portal.

Los niños son los profetas del Señor.

Og Mandino

El vino se hizo para los reyes

y el agua para los bueyes.

Dicho popular

 

Si el lector fuese niño y creyera en los reyes magos, ¿qué pensaría al verlos haciéndose propaganda en espectaculares, bardas y postes y diciéndole a usted, ‘cliente´ infantil casual, que quiere ser gobernador? Intuyo que en primer lugar sufriría una gran decepción ya que el look de los aspirantes anunciados choca con el de la tradición bíblica. Y en segundo término buscaría sin encontrar al caballo, al camello y al elefante, elementos locomotrices que no tienen ni Mario Marín Torres ni Rafael Moreno Valle Rosas ni Germán Sierra Sánchez. O sea que ninguno de ellos pasarían por rey o por mago o por bíblico.

            A esa crisis existencial de niño frustrado tendría usted que agregar que Mario tiene tipo de todo menos de rey negrito, y que Germán no encaja en la ropa arabesca, y que Rafa se sentiría incómodo trepado en un elefante. Y peor sería su tristeza si se enterara de que sus ídolos benefactores todavía creen en santa clós ya que los tres están en espera del regalito que le pidieron usando el ya clásico globo cuyo destino final es la cima del cerro Loreto y Guadalupe.

            Por si el lector se pregunta el por qué la comparación, permítame aclararle que se debe a que cuando menos dos de ellos adoptaron el papel de rey mago el pasado seis, día que dedicaron a recorrer algunos municipios de la entidad con la importante misión de repartir juguetes a los niños poblanos pobres y marginados. Y conste que la intención no tuvo nada de electoral ya que los infantes digamos que campesinos no votan y que, como es sabido, sus padres nunca les hacen caso. Sin embargo, de algo debe haber servido el recorrer la parte del estado que para ellos estaba pendiente en el calendario de actividades electorales. E igual pudo inyectarles una buena dosis de ánimo las caritas que sólo sonríen cuando algún político con espíritu benefactor se les acerca y les brinda un poco de felicidad y algo de ilusión.

            Felicidades, pues, a estos nuevos reyes magos cuyo ánimo todavía tiene algo de la bondad que contagia el Niño Dios. Esperemos que no sufra su alma si acaso fallan en sus aspiraciones, compungimiento que, no está por demás decirlo, podría transformarlos en monstruos vengativos y malvados.

            Según el columnista que desde hace mucho tiempo dejó de creer en los reyes magos y en santa clós, la única carta que podrá llegar a la punta del cerro será la que garantice unidad, lealtad y continuidad, misma que, obvio, no descenderá pegada a un globo. La razón es que la gubernatura no es un regalito de cumpleaños o de navidad o de seis de enero. No. Es un cargo que exige antecedentes de madurez y consistencia política, características o cualidades que distinguen y adornan a pocos de los apuntados en la ya larga y curiosa lista de aspirantes.

            Ah! También Francisco Fraile García se afanó para pedir su regalote con letra clara y de molde. Y qué decir de la doña Ana Teresa Aranda de Orea, dama que hoy y quizás por única ocasión, en lugar de la muñeca Barbie y de la cocinita de juguete, pidió el mejor regalo de su vida: aquella casita que hace décadas se conocía como la de las muñecas (gobierno de Fausto M. Ortega), la cual hoy es denominada Casa Puebla. Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesus Paredes y Moctezuma infló todos los globos y todos se le reventaron.

Alejandro C. Manjarrez