“Les comparto una narración de Gilberto Bosques Saldívar sobre su actuación diplomática en París, durante la Segunda Guerra Mundial, publicada por Relaciones Exteriores como El Oficio Del Gran Negociador.
Así mismo un poema inédito que me manda su hija Laura, para que conozcan esa faceta de su padre”
Manola Álvarez Sepúlveda
“Para establecer un mecanismo de persecución en contra de los judíos de la zona ocupada se formuló en París un estatuto que se llamó ‘De las cuestiones judías’.
El primer y desgarrador espectáculo que se produjo en París fue cuando hubo algunos atentados en contra de los alemanes, con bombas que estallaron en el Barrio Latino. Las autoridades alemanas determinaron imponer a la Ciudad de París una multa de 1000 millones de francos franceses. Esta multa debían pagarla los judíos. Además se enviaron a Alemania 93 judíos en calidad de rehenes.
De la zona ocupada fueron deportados 5000 judíos a Alemania y 4000 más en la zona no ocupada. Pero en París con motivo de otros atentados se capturó a todos los judíos, que tenían la obligación de llevar visible en el brazo o el pecho una estrella de David, que identificaba su nacionalidad.
La persecución racista adquirió tales proporciones y tal resonancia en el exterior que creí conveniente proponer al gobierno por conducto de Relaciones Exteriores, la ruptura de nuestras relaciones con Francia, esgrimiendo un principio de resonancia universal, un principio que estaba en una de las causas profundas de la misma guerra, porque traía como una bandera la persecución judía, el exterminio de la raza judía. La Secretaría de Relaciones Exteriores, contestó diciendo, que por el momento creían que no era oportuno. Lo que yo creí que era imperativo, para la secretaría de Relaciones resultó no serlo.
En ese marco punzante del drama humano, la asistencia y la ayuda para los perseguidos israelitas tomó la dimensión de un deber de carácter humano.”
En el libro De Viva Voz publicado por el Colegio de México se dice:
El Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional, resguardada por la UNAM, rinde homenaje a la memoria de este diplomático, revolucionario, político y humanista mexicano, una calle en la ciudad de Viena, en el distrito 22 lleva su nombre; el Centro de Estudios Internacionales del Senado de la República se llama Gilberto Bosques; el Ateneo Español de México tiene una aula dedicada a él, y el Congreso del Estado de Puebla grabó su nombre en el muro de honor para recuerdo de las próximas generaciones. Sea este libro un homenaje más a su memoria.
Los sobrevivientes del Holocausto suelen decir, que es una obligación no olvidar para evitar que vuelva a pasar; no olvidar a Bosques significa que aunque no lo deseemos y esperemos no necesitarlo, en los momentos clave de la historia, en los más duros y complicados, siempre habrá mexicanos a la altura de las circunstancias y siempre habrá un Gilberto Bosques dispuesto a salvar a la humanidad en cada ser humano.
Fernando Serrano Magallón.”
E L P O E M A
Nocturno
La noche es un profundo problema de ocultismo
en el que se dilata mi intuición de poeta.
Las cosas tienen una palpitación secreta.
y el misterio pretende comprenderse a sí mismo.
Resuena la estupenda palabra del abismo
que sólo el alma libre de la sombra interpreta
y la voz de los mares se eleva y se completa
con la oración del bosque, de claro misticismo.
Sube sutil pregunta de cada cumbre enhiesta
y cada estrella es una ponderada respuesta
que viene de las altas verdades infinitas.
Más allá de la vida se adelanta mi anhelo
y cuando ya mi espíritu descorrer el velo
Se visten de silencio las voces inauditas...!
México D.F. 1922.
Nota: se respetó la redacción, la puntuación y la ortografía original.