Regreso a Europa
“Les comparto una vivencia narrada por él, de la actividad diplomática del revolucionario, diputado constituyente poblano y embajador Gilberto Bosques Saldivar, en esta ocasión su regreso a Europa después de haber sido prisionero de guerra de Hitler en compañía de su familia.
Así mismo un poema inédito que me envía su hija Laura para dar a conocer esa faceta de don Gilberto”.
Manola Álvarez Sepúlveda
“Así que finalmente, en el año 44 llegamos a México. Me presenté a dar mi informe a Relaciones, al secretario Ezequiel Padilla. Recibí un recado del presidente Avila Camacho diciéndome que, ‘si no estaba cansado’, desde luego me recibiría. Hablé con él durante más de tres horas... tuve que hacerle un largo informe, inclusive en materia militar, pues cuando me encargué de la legación en Vichy pedí un agregado militar y se extrañaron de que lo hiciera. Estábamos en guerra con Alemania. Las funciones del agregado militar tuve que suplirlas en lo posible; entré en contacto con los agregados militares, especialmente de Estados Unidos, para tratar de recabar informes, reunir todos los datos. Todo esto me permitió dar al presidente Ávila Camacho un informe de carácter militar bastante amplio.
Al terminar la Guerra, el presidente pensó que yo podía regresar a Europa. Yo no lo había pedido. Primero pensó en París luego en Italia. Me hizo una proposición concreta. Dije que había regresado apenas, que mis hijos habían padecido avitaminosis y estaban recuperándose físicamente (estuvieron un año y tres meses como prisioneros de guerra de Hitler).
Estaban recorriendo el país y en ese momento no creía que fuera muy importante mi trabajo allá y no quería llevar otra vez a mi familia a un sacrificio de penuria alimenticia, pensaba quedarme en México.
Cuando se encargó de la Secretaría de relaciones Exteriores, Francisco Castillo Nájera, le manifesté la objeción que tenía en ese momento para volver a Europa.
Un día el secretario me llamó y me dijo: Entre todas estas cosas posibles he pensado proponerle Lisboa. Portugal era un país abierto en donde no faltaba nada y mis objeciones se caían al suelo.”
EL POEMA
NOCTURNO
Drama cóncavo
en derrumbe nocturno de verdades
el frío inaccesible a tus dedos
mordidos por la fiebre
alargados por tus ojos ciegos
tu cabellera enraizada en el espanto
la voz de la locura
pérdida en los túneles de tu pensamiento
tus pies sin rutas
tus vidas sin tiempo
en una encrucijada de abismos
Un gotero de angustias
sobre tu corazón, reducto de silencios
Y al fin la noche
que se llevó tus ojos
y apagó sus luceros.
México, D.F., 1926.
Nota: se respetó la redacción, la puntuación y la ortografía original.