La bomba camotera (Crónicas sin censura 32)

Réplica y Contrarréplica
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El PRI –Según comentarios de sus enemigos –está en decadencia, en la tercera edad, senil, muerto, en sus últimos momentos, hecho polvo, dinosáurico, agónico, sirviendo al proyecto personal de Salinas en la antesala del fracaso.

Es algo así como el apoyo de “la dictadura perfecta. Sin embargo, a pesar de tantos y tan variados criterios o adjetivos en contra, el organismo político ha entrado en un proceso del cual deberá salir fortalecido, renovado y en un descuido hasta popular, siempre y cuando acierte en la selección de candidatos.

     Es ahí donde sus críticos están a la expectativa, agazapados, con la pluma en ristre y la lengua bien afilada esperando la oportunidad de escribir y espetar argumentos que podrían resultar tan contundentes como irrebatibles. Todo depende de que no se equivoque quien tiene la responsabilidad de decidir.

     Por acá en Puebla, la trampa, el detonador de la bomba que desde hace varios sexenios se encuentra dentro del Revolucionario, lleva algunas cargas megatónicas provenientes de los cacicazgos, de las cuotas de poder. Destaca la explosiva CROM de Eleazar Camarillo Ochoa, la parafernálica FROC-CROC de Constantino Sánchez Romano, la ovipara de la familia Romero, cuya costumbre sigue los mismos pasos de Amador Hernández; la jurásica CTM, a punto de quedarse sin pilar y, en consecuencia, sin influencia local y obviamente la serrana manejada por los Jiménez Morales.

     Como sabemos, el poder de don Eleazar está sustentado en la capacidad de maniobra electoral que, desde hace décadas maneja, manipula, infla, acomoda, conduce o “legitima” elecciones, especialmente las federales. Su estructura le ha permitido vender – a un precio elevado, claro, – los votos que aporta a la “democracia” regional.

Por esos servicios recibe cada año y medio una diputación local, o federal, según sea el caso, que invariablemente recae, si no en la cabeza de la cámara atlixquense, en uno de sus “cuasi” eternos colaboradores, compadres o lacayos. Al final de cuentas, los legisladores postulados por esa central han resultado grises, opacos e inadecuados para la institución republicana: los clásicos “levantadedos”, pues.

     Por su parte, la FROC-CROC, organización sindical obrera conducida por Constantino Sánchez Romano, ha impuesto una especie de moda monárquica medieval; es decir la cesión o abdicación del trono en favor de los delfines, de los hijos. Al igual que los cromianos de Camarillo, sus diputados también han pasado inadvertidos, excepto cuando de defender el coto o el hueso se refiere. Como ejemplo de esa “pasión sindicalista” en favor de los obreros valga citar que Constantino, hijo, heredó el distrito y el cargo de su hermano y actual diputado federal René Sánchez Juárez. Y ello, que conste, avalado por una “determinación sindical” que ya recibió el visto bueno (o complicidad, según su punto de vista) de Juárez Blancas, líder máximo de los obreros froquistas.

     A pesar de sus elementos atemperadores, el de Tehuacán también lleva una carga explosiva porque tiene insoslayables connotaciones caciquiles. Ninguna pluma se mueve en aquel distrito si no la impulsa el soplo de la avicultora doña Socorrito (no me refiero a las plumas del periodismo obvio). De ella, de su decisión, dependen las nominaciones para los puestos de elección popular del distrito cuya cabecera es la ciudad de las granadas. Y vaya que aquella si es una granada poderosa… pero de tiempo.

     Por lo que toca a la CTM poblana, no hay duda de que esa central obrera habrá de conservar su cuota de dos diputaciones. Ello gracias a que don Fidel Velázquez “no se hizo bolas” y a que sus diputados han sabido moverse en favor de los intereses de su organización. El poder obrero o la capacidad nacional para exacerbarlo, garantiza su importancia local a pesar de la ya debilitada presencia política de don Blas Chumacero Sánchez. A la familia Jiménez Morales le ocurre lo contrario debido a que permutó su fuerza política por una controvertida riqueza.

     Dadas las condiciones enunciadas, creo que los enemigos del PRI pondrán todo su empeño para, si pueden, hacer estallar la bomba en una versión camotera.

 

7/III/1994

Alejandro C. Manjarrez