Con el gobierno de Manuel Bartlett Díaz, se inicia en Puebla lo que bien podríamos llamar una justa y equitativa simbiosis política: el nuevo gobernador recibe una entidad que, a pesar de no haber perdido totalmente su pujanza, su fama industrial, su capital privado, su calidad educativa, y su clase política, se encuentra entrampada en una terrible crisis económica, cultural, burocrática, magisterial, agrícola industrial y comercial...
Réplica y Contrarréplica
Los protagonistas (Crónicas sin censura 16)
Bartlett entre Caciques.
Las veladoras del gabinete (Crónicas sin censura 14)
Se sabe que Manuel Bartlett Díaz es un político respetuoso de las reglas del juego. No hace nada que vaya contra las costumbres establecidas por el presidencialismo mexicano. Se impuso la disciplina de confiar en su gente, actitud que le ha ganado popularidad y aprecio entre sus subordinados. Pero así como le cuesta trabajo contratar personal, se le hace mucho más difícil prescindir de quienes fallan.
Renuncia por ignorancia (Crónicas sin censura 12)
Con la renuncia del secretario más efímero que haya existido en el gobierno poblano (Jorge Estefan Chidiac), podemos comprobar dos hechos interesantes uno, que Manuel Bartlett Díaz está decidido y además preparado para respetar la ley. Y otro, que una gran parte de los jóvenes profesionales aún no conocen la Constitución porque –perdone usted el estilo coloquial– esta ley les ha valido un soberano cacahuate.
Los fajadores del Congreso (Crónicas sin censura 15)
El Congreso se derrumba.
El gabinete de la esperanza (Crónicas sin censura 13)
El gabinete del gobierno poblano (de Bartlett) está integrado por tres economistas, un médico, un licenciado en educación, una arquitecta, un ingeniero agrónomo y cuatro abogados. Los lauros académicos de todos suman seis menciones honoríficas, dos doctorados, una maestría, dos premios nacionales y un premio mundial. Cinco de ellos son poblanos de nacimiento y cuatro titulados en la entidad.
Las víctimas del poder (Crónicas sin censura 11)
Sin despreciar el interés demostrado por Acción Nacional para que el exgobernador Mariano Piña Olaya sea sometido a un juicio político, sería más práctico proponer al Congreso local que establezca una medalla que premie la habilidad del funcionario público más audaz para los negocios.